29.10.24

UN ¿HOMBRE? LLAMADO ERREJÓN

 

Yo, hace mucho que perdí la ingenuidad, por eso oír sobre comportamientos varios o intuirlos no me espanta ni asombra. Es más, veo a personas ya talluditas que son de una simpleza a la hora de creerse todo lo que dice la gente que me pregunto, si esto que dijo Eisntein sobre la estupidez, era algo más que una frase ingeniosa.

Todos los que lean este artículo a lo largo de su vida habrán sido víctimas de rumores falsos, malinterpretaciones, confusiones o, simplemente, gente con malicia que tenía ganas de fastidiarte o denigrarte. Pero ¿cómo se pasa de un rumor falso a uno verdadero? Pues a través de eso que se llama tiempo y que el dicho popular dice que es el que pone las cosas en su sitio.

 

Y a Errejón le ha llegado su tiempo y su sitio en el mundo del machismo. Para que se haya llegado a esta situación se han dado varias circunstancias:

            

1. Una evolución de la sociedad que ya no silencia, aunque no totalmente, ni revictimiza a las mujeres acosadas y agredidas. El PP se debería mirar el comportamiento que tuvo con el caso Nevenka en el que una mujer fue vapuleada, insultada, tachada de interesada porque hace más de 20 años denunciar el acoso de cualquier tipo se convertía en el viento que se volvía en contra. Era la mujer mala que quería perjudicar al hombre por no haber conseguido esto o aquello.Eran locas, histéricas, rencorosas que buscaban venganza.

 

2. Una asunción del feminismo no como odio al hombre que antaño muchos consideraban así; sino como búsqueda de la igualdad y defenderse de aquellos hombres que sí odian a las mujeres.

 

Si tuviera enfrente a Errejón, le diría: No fue ni la presión política (hace más de 10 años no se dedicaba a ello y hacía ya estas prácticas de agresión sexual), ni el liberalismo o patriarcado. Eres tú y tu debilidad e inseguridad ante las mujeres que para estar frente a ellas en momentos íntimos las sometías a una serie de reglas que implicaban la sumisión de las mismas y necesitabas ir dopado. 

 

Cuando el hombre es débil frente a la mujer busca un perfil muy concreto de féminas que implican desde juventud, por tanto, poca experiencia y confusión ante lo que ocurre y ciertos perfiles psicológicos de sumisión, baja autoestima... Pero cuidado que esto no significa que disculpemos lo ocurrido, algo así como que ellas se lo buscaban. 

 

Un verdugo siempre necesita víctimas débiles y todos los maltratadores saben ver muy bien qué tipo de mujer pueden dominar o no. Como todos los pedófilos saben qué tipo de niños son más manipulables. El problema no es si la víctima es más o menos manipulable, más o menos débil; el problema es la utilización de los verdugos de estas cualidades para su propio beneficio egoísta y depredador. Este es el juego macabro que hacía Errejón.

 

Ahora esperaremos a que salgan más nombres porque como ha dicho la periodista, Cristina Fallarás, tiene testimonios de mujeres que han pasado idénticas situaciones con representantes políticos de diferentes ideologías (PSOE, VOX, PNV, CUP). Es algo así como el eterno retorno. 

 

Al final, tienes que dar gracias si has tenido la suerte de no haberte encontrado con Errejones o de haber parado comentarios, actitudes machistas a tiempo que son, por desgracia, diarias porque el machismo es estructural desde que si te pones una minifalda o un escote, de si llevas los labios pintados de rojo, de que si vas de listilla solo porque demuestras ser más inteligente que muchos hombres, de que si una mujer sin hijos no es nada. Yo soy de las afortunadas, pero no por eso voy a callar lo que he visto y oído cuando muchas mujeres eran silenciadas con un “cállate que de eso no sabes” como oí decir varias veces a un conocido a su mujer en eventos sociales y demás cuestiones que he visto en primos, tíos... de mi familia y en entornos externos.   

 

Hay tantos machismos variados en diferentes niveles que, por ahora, sólo se puede decir con este caso en concreto,Errejón is over.

 

 

                                   

                                                                                  OLGA NERI