27.11.25

España débil, cada vez más polarizada


La estética en los asuntos graves o importantes que afectan a países enteros, a sociedades, es tan importante como la estricta legalidad, pues las formas y la estética afecta a los que contemplan, y si hablamos de asuntos públicos, los que observan son el conjunto de la sociedad, que entonces se divide, se polariza, se revuelve.

No es de recibo vivir en una Democracia sobre el papel, pero frenarnos en los espíritus básicos de cualquier democracia. 

Cuando se revuelven las formas políticas y sociales en una sopa de dudas por inoperancia o por egoísmo personal, de nada sirve decirnos todos que somos un país democrático, si una mayoría de la población no se lo cree, divididos además en dos bloques perfectamente enfrentados.

O alguien en esta España del 2025 y 2026, pone freno con inteligencia política a la actual situación, o todos intuimos hacia donde vamos caminando sin frenar ninguna de las sangrientas dudas que nos afectan.

España escribe siempre sus historias con sangre, llevamos siglos así. De sangre además numerosa y repartida por igual entre bloques, hasta que una mitad pierde definitivamente la razón y sus razones, incluso a sus personas. 

Y en medio quien queda destrozada es España y su futuro. Se repite la imbecilidad, lo repetimos incluso como señal de que conocemos lo que está sucediendo, pero no reblamos, no pedimos tiempo muerto.

Algo muy importante en España lo tenemos muy mal diseñado, para que seamos tan imbéciles durante tantos siglos. 

Siendo además, que sabemos lo que sucede, conocemos nuestras debilidades, y tenemos vecinos (países) en donde fijarnos, si somos incapaces de saber qué camino tomar es que no queremos cambiar.

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