24.11.10

Podemos, debemos, queremos ayudarle a usted. Sí, gratuitamente.

Podemos ser su asesor personal o laboral de forma totalmente gratuita. Depende de usted. No somos infalibles, no somos los mejores, no somos los más profesionales. Pero nadie es más barato que nosotros. Simplemente queremos ayudarle a través del email. Usted nos relata sus dudas, sus problemas, sus proyectos y nosotros le devolvemos nuestra opinión al respecto. Sólo le responderemos sobre lo que usted nos plantee. Si está desempleado/a, si es autónomo/a, si tiene problemas de relación, si está deprimido/a y desea hablar con alguien, si desea contactar con alguien para recabar impresiones sobre un tema específico. Le pediremos que nos lo aclare bien, simplemente eso. Y que nos diga después si los consejos le han servido para algo o no le han servido para nada.
Somos un pequeño equipo formado por un economista, dos profesionales de la atención a niños y ancianos y un mediano (de tamaño, claro) empresario liberal. Y eso si, muchos años encima.
Usted se está preguntando qué ganamos nosotros con esto. Mucho. La satisfacción de ayudar a alguien que tiene dudas o problemas. ¿Le parece poco?, a nosotros no. Y si le parece poco beneficio, si duda, simplemente no nos consulta nada; puede seguir leyéndonos.
Nuestro correo es jpajovin@telefonica.net
Muchas gracias por su atención y lectura.

23.11.10

¿Cuanta felicidad le podemos pedir a la vida?

Muchas veces le pedimos a la vida lo imposible, más felicidad de la que se puede conseguir, más de lo que nosotros entregamos a los demás. Y no es lógico además de improbable que consigamos lo que pretendemos; por que luego y si no se consigue, hay decaimiento personal al no obtener lo que pensamos que es obligatorio poseer, defraudación mental, ansiedad y depresión.
Simplemente hemos puesto el listón de la felicidad demasiado alto.
Nos debemos conformar con lo sencillo, aunque no sea sencillo admitir esto. También en las relaciones humanas. A veces nos creemos que aunque no solicitamos nada de…
riqueza material, tenemos todo el derecho del mundo a solicitar la mayor de las riquezas posibles y además sin mesura. Pretendemos conseguir toda la riqueza espiritual de la entrega de los demás. Y no es sencillo conseguirlo. Los demás nos entregarán lo que puedan. 
Y poco, puede ser mucho.
Pedirle a la vida más felicidad de lo que en realidad nos puede dar, creará frustración, y aunque nos entregue una buena dosis de posibles, nos sentiremos defraudados. No, a la vida en su conjunto, hay que pedirle lo básico. Y si la vida nos entrega más felicidad, más agradecidos estaremos.
Nos debería bastar con estar acompañados de buenas gentes, tener salud básica que sabemos empeora con la edad, un nivel de vida suficiente para la alimentación y la salud más un hogar mínimo, una libertad personal como la que podemos tener en cualquier país occidental, una justicia preparada por si se tuerce la vida. Poco más.
Si observamos con malos ojos la vida de los que nos muestran sus hogares en la televisión sentiremos envidia y con ella frustración. Pero esos hogares son ficticios y están en manos de muy pocas familias. Pueden y deben ser nuestra meta —aunque no sé bien para qué— pero no deben ser nunca el camino que nos convierta en felices o infelices. Y añadiré que incluso sus habitantes tienen sus problemas, sus dudas y sus ansiedades. No tiene nada que ver lo material, la posesión, con la felicidad.