30.11.12

Admitir la enfermedad es empezar a pelear por vencerla

La enfermedad es el camino más rápido para perder parte de la libertad. Pero asumiendo esto, no debemos destrozar todo lo que nos queda. Que todavía es mucho. Y sobre todo, nuestra propia fuerza interior son gran parte de las herramientas que nos quedan para defendernos ante ella.

La mejor manera de defendernos ante la enfermedad depende de nosotros mismos, es nuestra forma de encarar los procesos, de entender lo que nos sucede, de asumir la parte mala y potenciar todo lo de bueno que sigue quedando que es mucho.
Estar enfermo es siempre duro, sin duda, pero no debemos quedar incapacitados para todo lo que nos queda, por no saber asumir el problema y darle la vuelta en la búsqueda de la felicidad posible. Dependemos sobre todo, y esto es complicado de asumir, de nosotros mismos. Necesitamos ayuda en los procesos de enfermedades de todo tipo, sin duda, pero nosotros además de colaborar debemos sacar todas la fuerzas y pelear por recuperar esa libertad perdida. Nuestra fuerza es mucho mayor de lo que nos imaginamos, simplemente hay que sacarla y demostrarnos a nosotros mismos que si somos capaces.
Y no pensar mucho en los que nos rodean, buscando su aprobación. A veces es necesario recibir su apoyo, muy necesario incluso. Pero nunca debemos quedar bien ante ellos por encima de quedar bien para nosotros mismos. La asertividad es muy necesario en todo proceso de adaptación al medio de vida. Debemos defendernos y admitir con agrado la ayuda. Pero sobre todo debemos pensar más en nosotros, para así tener más potencia ante los procesos complicados.

La poesía gana un Cervantes con Caballero Bonald


José Manuel Caballero Bonald, poeta andaluz, ha sido galardonado con el Premio Cervantes 2012 por su extenso trabajo de toda una vida dedicado a la literatura, tanto en poesía como en novela o ensayos. Integrante del grupo literario de los años 50, ha trabajado mucho desde Hispanoamérica, enseñando y aprendiendo. Os dejo una pequeña fotografía en texto, realizada por él mismo.
“Yo soy un escritor de la estirpe de los desobedientes. De la línea que en España viene de Góngora, que le gusta inventar en contra de la tradición; no soy heredero de la literatura de la posguerra, realista, naturalista. Me siento más unido a esa tradición latinoamericana de autores como Lezama, Rulfo, Carpentier… de la tierra donde he vivido tantos años”.
 
ESPERA
 
Y tú me dices
que tienes los pechos rendidos de esperarme,
que te duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre  en las palabras de repetir tu nombre,
de lastimar mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en vano
desde la soledad en la que tú me gritas
que sigues esperándome.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a esta deshabitada cerrazón de la carne
que apenas si tu sombra se delata,
que apenas si eres cierta
en la oscuridad que la distancia pone
  entre tu cuerpo y el mío.