13.7.19

Gobierno de Coalición, de pacto, de diálogo, de negociación

Se habla ya de primar con 50 escaños a la formación política que más votos obtenga en las Elecciones Generales, con la idea de tener más fácil el poder gobernar en solitario. Algo que ya se hace por ejemplo en Grecia y que hemos visto esta pasada semana. Es un mecanismo desvirtuador de los resultados, pues entrega un número muy alto de escaños a un partido minoritario para que pueda gobernar, pero que seguiría siendo la voluntad de un número no suficiente de votantes, de ciudadanos.

Lo realmente democrático y defendible es que cada ciudadano tuviera un voto con la misma calidad y poder ante las elecciones de un Congreso de Diputados que nos representa a todos. No es lógico la enorme diferencia de valor entre un voto de Huesca y uno de Sevilla. Sobre todo porque en el Congreso no se representa a los territorios sino a los ciudadanos de España, a todos por igual.

Hecha esta salvedad y para facilitar los gobiernos, el camino lógico sería el que se emprende en muchos otros países, y es el de Gobiernos de Coalición. Si en España no sabemos, tenemos que aprender. Claro que en un Gobierno de Coalición hay distintas sensibilidades, diferentes puntos de vista muy distintos incluso, pero también hay pluralidad que representa mejor a la propia sociedad.

No entiendo bien porque un Gobierno Monocolor se considera más democrático y válido, o incluso útil, que un Gobierno que nace y se mantiene desde el diálogo, la negociación, el pacto y el entendimiento. 

Por una parte queremos rebajar la tensión social del enfrentamiento y el insulto, y por otra parte nuestros propios dirigentes quieren hacer trampas primando al que siendo minoritario obtiene algo más de representación.

12.7.19

Los dirigentes políticos nunca deberían preguntar. Tienen que decidir

Uno de los tremendos equívocos que sufre la actual izquierda en España es que se cree que todo hay que consultarlo para demostrar democracia participativa. Y es mentira, nos engañamos a los cubiletes. Primero porque se pregunta en un momento dado, no en otro, ni antes ni después, sino cuando conviene. 

Luego está el contenido de la pregunta que según el texto ya se está trabajando en la respuesta deseada. Es jugar con las cartas marcadas.

Y sin duda el gran error de todos estos procesos es decidir preguntar cuando lo que toca es tomar decisiones desde quien las debe tomar. Pasar la responsabilidad al conjunto de la militancia no es participativo, pues en algunos asuntos no es posible participar de forma válida si no se tienen todas las informaciones.

Elegimos precisamente a los líderes de todos los partidos políticos para que tomen decisiones. Y para que acierten o se equivoquen. Para ser Presidentes de Comunidad de Vecinos sirve cualquiera, con tal de cobrar un sueldo y atenerse a unas normas.

Nadie como quien negocia para saber qué respuesta hay que dar en cada momento, qué decisión hay que tomar. 


Es un absurdo pretender que tengan que ser los militantes los que tomen una decisión tan compleja y llena de tantos item que desconocemos, pues los convocados no han estado negociando, ellos no saben todas las claves por mucho que se intenten explicar. ¿Para qué sirve pues negociar?