Todavía en los recuerdos de los viejos europeos nos suena la llamada "Masacre de Sabra y Shatila" acontecida en el año 1982 en dos barrios de Beirut en donde se mataron a un número indeterminado de refugiados palestinos por la Falange Cristiana del Líbano apoyados por Israel.
Esos territorios, el pueblo palestino, vive entre morir y matar. Y Europa mira con asco a veces, indiferencia la mayoría de ellas, sin saber qué hacer para que estas cosas no sucedan.
No se sabe cuantos civiles fueron masacrados, las cifras nunca se supieron y se mueven entre las estimaciones más bajas que hablan de alrededor de 700 a 800 o 1.200 víctimas civiles palestinas, mientras otras fuentes y estimaciones, basándose en la documentación y el número de cuerpos encontrados y desaparecidos, sitúan la cifra entre 2.000 y 3.500 personas, o incluso hasta 4.000 y 4.500.