25.5.25

No sé el número de Leyes Internacionales que nos hemos saltado


Si analizamos con calma lo sucedido en Gaza, contra Palestina, en el drama que sucede desde octubre de 2023 entre Israel y Palestina, podemos intuir que algo grave ha sucedido en el mundo, por el devenir de todos los acontecimientos.

Es como si nuestra civilización hubiera sido incapaz de resolver algo tremendamente grave y además se diera cuenta de ello y lo quisiera esconder o callar, enterrar sabiendo que es tremendamente doloroso.

No sé el número de Leyes Internacionales que nos hemos saltado entre todos, por acción o por omisión. Hay una pérdida básica, es la credibilidad en el sistema Occidental, la que se basaba en la seguridad, incluso en la Democracia y los Derechos Humanos. En la convivencia en libertad garantizada por los Gobiernos y las Instituciones Mundiales.

Como en muchas otras ocasiones en la Historia de los Libros, todo esto que vemos desde nuestro sofá de casa, la violencia sin tamaño, la matanza desde todos los puntos de vista, se ha realizado por motivos religiosos indirectos, pero como otras muchas, siempre y todas veces por motivos religiosos disfrazados, curiosamente mientras los Jefes de las religiones mantenían silencio e incapacidad.

A partir de estos actos, nada es ya seguro en el Mundo de este siglo XX; todo depende de la fuerza, y cuando digo todo, digo TODO en el más amplio sentido de la palabra. 

No solo ya no tienen derechos los adultos, los soldados, sino tampoco los ancianos, las mujeres o los niños, los prisioneros, los territorios, los valores mínimos.

Utilizar el hambre o los heridos y prisioneros para ganar… es de cobardes. Pero tampoco eso importa a nadie. El mundo no tiene ningún mecanismo para resolver un problema de este estilo. Ninguno, y esa constatación es gravísima pues abre la puerta a todo. Ya no hay mesura, medida, espacios, modelo.

Todo depende de sátrapas, de locos, de bobos históricos que no saben bien qué están haciendo, aunque crean tener muy claro "su" solución. Es un error, este problema durará otra vez, muchas décadas más.

23.5.25

Gabriel Rufián sabe expresarse bien


A veces escucho a Gabriel Rufián Romero hablando en el Congreso de los Diputados. Es curiosa su dureza en las intervenciones, resulta un "Rara Ave" pues con sus solo 7 Diputados, habla mucho más y más potente que otros grupos con 120 Diputados. Los silencios también hablan. Siempre. Y se escuchan. Siempre.

Es curioso que este parlamentario diciendo sus verdades de forma clara y contundente, mucho más que ninguno otro, no pueda ser elegido en España. Solo en su territorio de actuación, lo que nos muestra otra vez, que lo de las circunscripciones democráticas tiene sus defectos.

Hoy le he escuchado hablando de los que se creen periodistas y son simples agitadores de la mierda. Buscadores de moscas y de mosquitos, que sean capaces de picar a los que no opinan como ellos.

Yo creo en la libertad de opinión. Pero no en la libertad de provocar. Creo en la igualdad de opciones a la hora de criticar y defenderse, pero con la profesionalidad correspondida. No sirve que en los deportes de la vida, unos puedan dar patadas y otros solo se puedan defender con su voz.