20.11.25

Contra la corrupción: educación y silencio social

La corrupción política y dentro de ella la económica, es la mayor de las enfermedades de todos los sistemas democráticos, que efectivamente, hay varios y diferentes según los tiempos y los modelos sociales. 

Y cuando esto se centra en España, país relativamente joven en democracia tras 40 años de dictadura dura, es un drama que hay que resolver, aunque ya parezca tarde. 

Y no solo sirve con cambiar las leyes ni las normas. Aumentar los castigos no sirve para evitar el delito, y quitarles lo robado tampoco pues lo primero que aprenden es a esconderlo.

La corrupción no conoce ideologías, aunque es verdad que no todos los partidos políticos en España sean corruptos, y eso es a lo que nos tenemos que agarrar. Es posible evitar internamente que existan dentro de las organizaciones personas corruptas, aunque no sea sencillo. Tenemos ejemplos, aunque es cierto que son de tamaño pequeño o mediano.

Ayer salió provisionalmente de la cárcel Santos Cerdán. En realidad me da igual si es culpable de todo lo que se dice, o si no lo es o incluso si lo es todavía más de lo que hasta ahora se ha descubierto. El terrible mal ya se ha hecho.

Hace meses ya dije que era insoportable que el Presidente del Gobierno no se hubiera dado cuenta de los presuntos abusos de sus dos últimos números dos o tres del partido. Por omisión también se es culpable.

No es fácil, aunque no sea imposible evitarlo, detectar presuntas corrupciones en la política, pues son los más jetas, amparados por asesores bien pagados, los que saben buscar las líneas de trampas. 

Así que sobre todo cabe recurrir a la moral, a la educación social de todos, para admitir que hay cosas que nunca se deben ni pensar.

Y en esa labor debeos entrar todos, sin callarnos, sin miedos, cada uno desde su propio puesto de vida. No debemos admitir ni los comentarios de tramposos, ni de explicaciones de presuntas trampas. Hay que cerrarlas las puertas familiares y de amistades, a los que presumen de lo que son simplemente trampas ilegales, sean pequeñas o grandes.

Nadie empieza robando dos millones de euros. Pero reírles las gracias cuando roban 100 euros en Hacienda es abrirles la puerta a seguir escalando en el mundo de las trampas. Con los tramposos, ni agua.


19.11.25

Yo nunca cobré por opinar sobre gastronomía


Ayer escuchaba en una intervención de lo más torpe, a un degustador de restaurantes, de los que publican vídeos por TikTok, mientras comen grandes platos, y cayó en la trampa de advirtir lo que cobra normalmente por ir a un restaurante bajo encargo y hacer un vídeo presuntamente libre, sobre lo buena que es su comida.

La capacidad de engañarnos (en general) es tremenda, e incluso la capacidad de hacer negocios lucrativos con esos engaños de todo tipo, también. Y curiosamente, seguimos creyendo en los que nos engañan.

Cobra sobre 3.000 euros por jornada, por ir, aparentar que va de casualidad, pedir a la carta en restaurantes de cierto nivel alto, y decir que son únicos. 

Y lo curioso es que todos hemos visto a estos personajes decir siempre lo mismo. Posiblemente cuando dicen que algo está mal, es que no les han pagado lo acordado.

Como el vídeo explicando el funcionamiento de su negocio lo ha publicado también en TikTok aunque no haya sido él, sino en una entrevista, ha cometido la idiotez absurda de dar explicaciones que se le han disparado contra la línea de flotación de su negocio. De su credibilidad.

La duda es saber si esta práctica sucede con gastronomía…, qué no sucederá con todo lo demás.

Ya he tenido varios años y en funcionamiento un blog de cocinahttps://salmorrejo.blogspot.com/ NUNCA HE COBRADO NADA DE NADIE, como es lógico ahora está parado por falta de lectores. Lo máximo que logré en los 17 años de funcionamiento fue un regalo de unas bolsas de cocina y congelación que me enviaron de una marca y gratis, para que diera mi opinión. Libre, eso sí. 

Algo me ha quedado claro, aunque ya lo sabía de antes. Soy perdidamente un imbécil.