22.1.11

Los mayores trabajando y los jóvenes desempleados ¿es lo lógico?

La imagen del cartel del BNG en el año 2011 es clara y contundente, con todas las reformas laborales pensadas por las mentes limpias pero oxidadas de algunos políticos sin mucha visión en el medio y largo plazo, podemos llegar a vernos en esta imagen. 

Los jóvenes SI que son el gran problema de España. Y la gran asignatura pendiente.

Tanto que ahora hasta los alemanes se los quieren llevar hacia su país. ¿Qué nos creemos que es la productividad de un país? ¿quién creemos que nos podrá ayudar a tener un país capaz e importante en una Europa competitiva y dura? ¿es un activo o un pasivo para las empresas españolas tener trabajando a gente mayor de 60 años en vez de jóvenes de 25 años que siguen en el desempleo? 

Y lo digo yo con el dolor y la realidad de estar viviendo con 55 años el desempleo. Pero alargar la edad obligatoria de estar trabajando hasta los 67 años es un error para España, por mucho que nos lo indiquen desde Europa o incluso desde el punto de que es insoportable la economía de la Seguridad Social a partir de 2025. 

Hay otras soluciones, y sin duda la mejor es crear empleo, poner a los jóvenes a trabajar por su país, crear empresas y procurar que los jubilados tengan unos ingresos justos que además les ayuden a seguir consumiendo mucho, que también de eso se trata.

19.1.11

Debemos aprender a relacionarnos mejor con el trabajo

Tenemos, por nuestra cultura tal vez, una dicotomía entre “lo que deseamos hacer con la vida” y “lo que tenemos que hacer para ganarnos las lentejas”, que nos provoca antes que nada una mala productividad y una casi nula formación continua. Luego nos produce también una mala relación personal con nuestra vida y sus manifestaciones diversas para sentirnos bien.
Estamos convencidos de que el trabajo es como un castigo divino, obligatorio para alcanzar la capacidad personal de vida, imprescindible para comer y poder formar una familia. Es una mirada posible sobre la actividad laboral, pero no la única. Muchos queremos separar la actividad laboral de nuestra actividad vital, como dos maneras de sentirnos bien, una obligada y la otra
elegida. Y aquí radica gran parte de nuestro problema como país. Algo falla en nuestra manera de entender el trabajo o en la forma en que nos obligan a entenderlo.
Al ser una sociedad que contempla el trabajo casi como un castigo o una necesidad inevitable, no crecemos dentro de nuestra actividad laboral y con ello fallamos. Hemos entendido
desde siempre que los beneficios de la relación laboral eran exclusivamente para “el empresario” y no para la empresa y por ello nunca son beneficios para nosotros y para nuestro país. El drama se enquista en el tiempo, pues nuestra clase empresarial es de muy baja calidad y no ha sido casi nunca capaz de producir sinergias, entendimientos, intercambios de beneficios diversos, motivación añadida para que todos se sientan bien y produzcan más. Incluso produzcan más beneficios.
Somos capaces de ser maravillosamente espléndidos en actividades alejadas de nuestra actividad laboral remunerada. Mejoramos en aquellas actividades que emprendemos sin ánimo de lucro, por la simple razón de que nada fastidia más, que si mejoramos sea para beneficio de alguien con el que no nos entendemos. Nunca dedicamos la misma potencia y dedicación a una actividad cuyos beneficios (sean del tipo que sean) se reparten entre todos, o son para varios incluidos nosotros, o son para una sola persona a la que odiamos. Algo elemental.

Nos toca ahora crean nuevas empresas, nuevas relaciones laborales y empresariales que sean capaces de sacarnos de esta basura ya muerta. Y necesitamos que sean también las relaciones diferentes, si queremos aumentar nuestra capacidad de vida laboral. Las empresas en España viven pocos años de calidad, o lo que parece lo mismo, viven pocos años en crecimiento y excesivos años en caída y estancamiento. Perdemos enseguida la capacidad de motivación aunque nuestra vida laboral dentro de las empresas sea de las más altas de Europa, lo que nos puede indicar que incluso no es bueno que las personas permanezcan muchos años en la misma empresa. No es bueno para nadie, ojo.
Luego, tal vez tengamos que replantearnos desde la escuela cual debe ser nuestra relación con el mundo del trabajo y la empresa. Replantearnos cual debe ser el entendimiento del trabajo como actividad vital y cómo elegir una profesión (y sobre todo una empresa) con garantías de éxito personal (el éxito depende de muchos factores, incluso muchos de ellos no son en euros). Y sobre todo entender de una forma más inteligente qué es el beneficio, la productividad y el coste real de los sueldos.
¿Cuántos trabajadores NO saben que si cobran 1000 euros en mano a fin de mes, la empresa tiene que gastar (aproximadamente) 1500 euros durante 14 veces al año, para que se reciba el trabajo de 11 meses? Si, la diferencia son impuestos y Seguridad Social. Efectivamente, aun así las empresas siguen teniendo beneficios, pero es bueno saber TODAS las cosas.

No entendemos lo que es el trabajo. Cómo entender mejor lo que es el trabajo

Tenemos, por nuestra cultura, una dicotomía entre “lo que queremos y deseamos hacer” y “lo que tenemos que hacer para ganarnos las lentejas”, que nos provoca una mala productividad y una casi nula formación continua.
Estamos convencidos de que el trabajo es como un castigo divino, obligatorio para alcanzar la capacidad personal de vida, imprescindible para comer y poder formar una familia. Es una mirada posible sobre la actividad laboral, pero no la única. Muchos queremos separar la actividad laboral de nuestra actividad vital, como dos maneras de sentirnos bien, una obligada y la otra

18.1.11

Las encuestas que preguntan, después de ser manipuladas las sensaciones

Lo que empieza como un rumor se convierte en noticia y luego en realidad a poco que los malos y jetas de la política y los medios de comunicación italianos de gestión, le metan mano hasta joderlo.
Lo del modelo autonómico, sin duda, puede mejorarse, pero han empezado unos y luego otros a decir que si pero no, que tal vez mejor cambiarlo, que igual se debería recortar, etc. etc. y al final se le somete a una pregunta cutre salchichera a la gente de Internet y se saca la encuesta en los medios que sí ven 3 millones de personas.

El mal ya está hecho. Os dejo los resultado (de entrada) de Antena3 en sus noticias y su página web, pero datos además muy parecidos a los conseguidos ayer en la página de elperiodicodearagon.com con idéntica pregunta (que por cierto maquillaron y cambiaron en su página de Cataluña)

Como bien dice hoy alguien, espero que pronto se pregunte también que qué tal quitar la Monarquía, suprimir las ayudas a la Iglesia Católica, suprimir los gastos en bombas, que la Universidad no sea tan barata para luego preguntar previa manipulación informativa si tal vez lo mejor sería irnos todos a Alemania a vivir que se ¿vive? mejor, excepto los mayores de 60 años que se podrían ir a Francia que se jubilan antes. 

Estamos en tiempos de turbulencias como en los aviones con tormentas y el todo vale se está imponiendo. La gente de la calle sí opina, aunque posiblemente sería mejor que no lo hiciera vistos los resultados de las últimas preguntas de varios medios de comunicación que llaman casi a la rebelión de todos contra todos. Yo entiendo que el PP y SU sociedad se está poniendo nerviosa y comprendo que la izquierda sociológica está desaparecida y no en combate precisamente sino acojonada y con vergüenza torera entre las orejas. Pero como sigamos aumentando el tono, miedo tengo, oiga.

P.D. Y que no se me diga que 3.500 personas con pocas en una encuesta, por que con menos se levnatan estudios de opinión e intención de voto. Y era una encuesta a las 21 horas, ya veremos cómo va aumentando, que me lo imagino. Fijaros en la cara de satisfacción del rostro que iilustra la encuesta de Antena3