14.2.25

El futuro de Europa tiene un serio problema de definición


Europa tiene un serio problema de definición hacia su futuro. Pero diríamos que Europa no existe, Europa somos los europeos, y Europa será lo que queremos los europeos. Ellas sola como concepto no se puede defender.

Y nosotros, los europeos, estamos muy divididos y no queremos entender qué nos estamos jugando en este 2025, aunque el problema viene de muy atrás.

 No hay una Europa, hay varias y sobre todo muy divididas y diversas.

 No hay tampoco un líder europeo, incluso por no haber no hay ni varios, pues tienden a una mediocridad peligrosa.

 No hay tampoco una ideología mayoritaria al mando de Europa, lo que facilita la desunión.

 Y lo que sí tiene Europa son varios enemigos que no queremos percibir como tales.

Los diagnósticos son mucho más sencillos que los tratamientos. Europa debería avanzar hacia una Unión Europea de las personas, y de sus Culturas, y no tanto solo de su Comercio o de sus Economías, que siendo muy importantes, no es lo único que agrupa a las sociedades.

Pero además Europa debe tener mecanismos de fuerza para que sea respetada por sus enemigos, aunque a veces nos parezcan amigos. 

Y hablo de la opción ya muy retrasada de tener un buen ejército propio y unos mecanismos de intervención internacional adaptados a lo que queremos ser.

No hablo de más guerra. Los ejército no solo están para hacer guerras y matar, su papel debe ser mucho más amplio pero a la vez, preparados para su intervención si en un momento dado los enemigos se ponen tontos.

Pertenecer a la OTAN ya no es garantía de nada. En realidad la OTAN se puede incluso volver contra Europa a base de ningunearla de forma bastarda. 

Y hay que inventarse una manera de construir alternativas de respeto, sean comerciales, de políticas internacionales, de relaciones con terceros países menores o en defensa actualizada, pero dejar claro que Europa existe y no quiera hacerse la tonta.

Las capacidades de algunos enemigos por dividir a la Europa Unida son claras. Los deseos de hacerlo son todavía más claras. 

Y si no lo entendemos así, y si no aprendemos a defendernos, estaremos condenados otra vez a que Europa se divida con el consiguiente peligro a todos los efectos que esto tendría. 

Lo que es bueno para nuestros enemigos, no puede ser bueno para nosotros.


13.2.25

Sacar la mano a pasear. Juicios anormales


O que determinadas comidas a cuenta de la Federación y el partido cuestan más que lo que come un agricultor de Javalambre durante un año.

La fuerza se pierde por el pico, Rubiales. Parece que seas producto de una serie de plataforma que se podría llamar como remake “Mi marido me pega lo normal”, expresión demasiado manida en los años 80. También parece que los cutres de las redes de facturación que no saben ni la u, como tururú, saben más que tú. Y que tú, y que tú… Y que no terminó la cutrez cuando se pinchó la burbuja inmobiliaria, sino que cada generación tiene su afán y sarpullido. Es que de lo contrario, si no fuera por la movida de trincar 4.0, no os querríais ni presenta a nada. 

Así tu juicio, según diversas fuentes autorizadas es desde innecesario a ejemplificador porque sí es en todo caso circense, pero lo que vemos que supone en gratis y prime time es un meneo de dinero público no equivalente a que casos de violaciones se resuelvan solamente con una vista pública o evitar que se cierre la tienda-bar de Bello, Gallocanta, por falta de clientes. Allí sí que se aplica estirar la eficacia y la eficiencia.

Los ciudadanos tenemos más conciencia en imágenes, si nos da por ver esa serie o película, de los intentos de manipulación de un jurado americano en “Doce Hombres sin Piedad” –para mí la mejor cinta sobre juicios de la historia y obra maestra del prolífico Lumet- o del show estirando el chicle de la moral del histriónico y ladino abogado que representa sir Charles Laughton en “Testigo de Cargo” –la canción triste cinematográfica de Billy Wilder- que de cómo se comportan los jueces y fiscales españoles en acción, los del tercer estado y todos lamentables. Salvo en los pleitos con alarma social en que se convierten al borde de la jubilación, con más espolones que el gallo Claudio, en jueces estrella y los nihilistas de la desigualdad libertaria les hacen la ola. Cuando como actores serían candidatos a salir con sus preguntas rasposas en la siguiente edición de Torrente.

Vemos que las juezas, juezos y hasta jueces patrios –menos los catalanes que ya sabemos que serán franceses en su charme- gozan en su chiringuito de cierto sentido de la realeza. Esa una forma de repantigarse en los estrados, la conciencia de estar por encima de todo interrogando que da hasta miedito y los aproxima al juez Holden de “Meridiano de Sangre”, obra cumbre de Cormac McCarthy que releo cada cinco años. 

Para recordar que el fatalismo y aburrimiento de la vida se puede controlar por la violencia y la arbitrariedad o no judicial, siempre revestida de aristocratismo y clasismo. Dando a quien pueden, siendo palomos con quien deben, porque es bien sabido y ya lo dijo Confucio que los problemas se agolpan a la puerta de las viudas.

Así se ciscan en la ley porque no les gusta. Y al oeste del Pecos o al sur de la macro cárcel de Zuera, la interpretación la hago yo, aunque sé bien que estoy afuera, pero sigo siendo el rey.

Pero la vida es desigualdad, a Aragón no le llega la sangre a los riñones ni aunque se tuviera en cuenta de forma efectiva la despoblación aragonesa. Ya no es un problema de población, se van a morir las instituciones de derecho foral aragonés por falta de usuarios y los ayuntamientos en que se organizó desde el Medievo una vida desde abajo, no como los actuales que no tienen sino la libertad de padecer las leyes del rey o reyezuelo. 

Nadie imagina que un conjunto de mercaderes y vecinos levantara hoy los ayuntamientos renacentistas de Uncastillo, Tarazona, Mesones de Isuela, Monzón, Valderrobres o incluso Bielsa, piedra a piedra de libertad hecha derecho.

Mientras consumimos recursos en mega juicios televisados porque existe una cultura popular de ver bien el castigo merecido cuando se imputan hechos que todos podamos entender. Dado que el enemigo del pueblo siempre es quien sabotea la estabilidad social, sin que dicha cualidad la padezcan jueces ni políticos hasta su derrota final.

Rubiales es evidente que se pasaba de yang, de actividad, de sentido de la penetración figurado y real, de demasiada obsesión por lo pequeño y lo grande pues en todo sentía que iba a comisión. Todo le tenía que ser recompensado y sin su pequeño gran pico que cambió la historia de la micro humanidad, allí lo seguiríamos teniendo.

Tuvo destreza en crear y alimentar una red de contactos, pero el pájaro sacó la cabeza (su doble cabeza) y por destacar le han pegado un tiro. Por eso el juez se aburre de tanta hipocresía en los testigos para luego tenerlo que absolver. Y eso que está mereciéndose, porque solamente en los problemas es él y el resto le deja vacío, que le condenen por farute y venido arriba.

Ante Rubiales o Koldo, cualquier intelectual es un inútil resabiado porque el poder en la vida lo tiene el que decide los precios. Así lo creen, lo piensan y lo practican. Incluso aunque se tildan de socialistas, son devotos de Confucio: la vida es desigualdad con orden y, aunque lo haya condenado de Franco, aquí mando yo.

A escala planetaria, los que ponen precio y relato hoy son Trump en relevo de Putin y el imperio central, del sol intermedio, propietario de las tierras raras. No descartemos que hablen por detrás aunque nos vendan lo contrario.

En el go una pieza marginal cambia el juego más que en el ajedrez. El azar y la apuesta, pero tú ya has perdido, Rubiales. Has perdido la apuesta, y el resultado nos da igual. Has tenido, por hortera, la suerte del melocotón.

Manda el juez cheli y lo sabes, te acaban de pasar por la piedra por tu gusto de sacar la mano a pasear. Aviso para caballeros: no se debe mirar si no es conforme con los ritos. A eso se le llama estar a la altura de tu cargo representativo. 

Tú vivías con pasión, parabas el tiempo y fuiste inmortal. Eso está reservado a los transidos por la divinidad con sucursal en la tierra, maestro.

12.02 Luis Iribarren

Los EEUU odian a la Unión Europea


No hay duda de que Europa está siendo ninguneada por los EEUU. Y digo los EEUU y no Donald Trump simplemente porque son muchos norteamericanos los que rodean al Nuevo Líder del Mundo a la hora de tomar estas decisiones.

La última decisión ha sido hablar con Putin y Zelenski al margen del resto de líderes europeos, para buscar una solución para Ucrania dejando el tema como estaba cuando empezó la guerra. Todo menos las fronteras. Nada de OTAN ni de acercarse a Europa.

Y es cierto que en aquel momento de 2022, hace ahora tres años ya, los líderes europeos no estuvieron a la altura del problema. No fueron capaces de imaginarse el futuro, la situación y sus posibles consecuencias para todos.

Donald Trump no quiere saber nada de Europa, y Europa debe tomar buena nota de ello. Por cierto, en Europa estamos nosotros. Y vamos a tener que cambiar de forma notable. Y admitir que podría estar en juego la Unión Europea.

Hay que señalar que lo único que le preocupa a Donald Trump de Europa es su capacidad de estar unida. El resto de asuntos le dan igual. Él y los EEUU quiere a una Europa que no sea un contrapeso en nada. No quiere a una Europa capaz de ser igual a los EEUU, nos quiere de obreros de guerra, de carga, de presión.

El mundo ha cambiado en este último mes, y no querer verlo es simplemente taparnos los ojos. La potencia mundial de los EEUU, a nivel comercial o de influencia en el mundo por sus capacidades militares, no deja dudas. La de Europa tampoco ofrece dudas. Somos mucho menos, simplemente por no estar Unidos.

Y que en un momento dado los EEUU decida salirse de todos los organismos mundiales es un ejemplo de hasta dónde quiere llegar. Ni Salud, ni Cambio Climático ni Tribunales penales mundiales. Ellos quieren ir por libre. ¿Puede ir el mundo sin los EEUU? Pues tendrá que ir, o admitir que no es capaz.

Donald Trump quiere convertir a los EEUU en un Imperio. Quiere pasar a la historia a base de cambiar el mundo y todos sus engranajes, pero a su favor. Y eso hay que admitirlo con el convencimiento de que algo debería hacer reflexionar a Europa, que es siempre el eje sobre el que se conforman los problemas y las soluciones a nivel histórico.


12.2.25

¿Quien es woke y por qué somos woke?

Hace ya muchos años, o al menos me lo parece a mi, me llamaban comunista y nunca he sido comunista. Ahora creo que a los tipos como yo nos catalogan de "Woke" que sin sabe bien el motivo, en eso ya estoy más de acuerdo. Sí, soy woke, pero no me apetece que me llamen despectivamente woke, aunque me la sopla.

Woke viene de una palabra antigua que se puede traducir por "despertar" (to woke), por estar atento, sobre todo por los abusos del Poder. ¡Uf! poder, jodo. Por lo que en España decimos"metérnosla cruzada" en temas sociales.

Dicen que Lead Belly, un músico de blues, usó la frase "stay woke" en una canción en el año 1938, en relación con los linchamientos en el sur de Estados Unidos contra gente de color. Había que estar despiertos. Y así sí, no está nada mal que me llamen woke.

Con los años se empezó a utilizar —desde los años 60 del siglo XX— para describir a aquellos ciudadanos y ciudadanas que eran conscientes de la injusticia racial y social, y se comprometían con la lucha por la igualdad. Ya no era un simple modo de ser, sino también de estar, de querer estar.

Me quedo con estos significados de inicio histórico de la palabra woke, son los correctos por mucho que los fachas quieran trasformarlos. Otro día hablaré de donde viene la palabra facha. De entrada nos quedamos con el wokismo y sus insultos, de los que estoy muy agradecido.

El uso despectivo del término "woke" comenzó a darse a partir de la década de 2010 y se intensificó especialmente en la década de 2020. Fuerzas políticas de derecha, conservadoras y de extrema derecha en Estados Unidos y otros países, empezaron a apropiarse del término "woke" y a utilizarlo de manera peyorativa. Era una manera de insultar a los que intentábamos defender el activismo social.



Si perteneces a una Asociación de vecinos eras woke, lo cual no está nada mal. Estás activo, despierto, vivo, con ganicas de intentar defender a los que no siempre pueden defenderse como el resto. Si ya perteneces a un partido político era woke de la hostia, eres ya un enfermo del wokismo.

El uso despectivo de "woke" es en gran medida una reacción contra el auge del activismo social en torno a temas como la justicia racial, la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, el cambio climático y otras causas progresistas. Desacreditar las ideas progresistas y al etiquetar algo como "woke" de manera despectiva, busca ridiculizar las ideas y posturas progresistas, presentándolas como exageradas, ridículas, o incluso peligrosas para la sociedad. Ser woke es como ser un llorón, según estos tipos que utilizan palabras inglesas para todo.

Lo malo es que quieren que o bien se sea woke o que se esté en contra de los woke, y eso si que es peligroso. Primero te califican, y luego intentan que los que no sean woke odien a los que de entrada parecen woke. 

Es como si nos quisieran llamar woke para decirnos que somos unas personas de aplauso fácil al líder de izquierdas, o que somos unas personas de paja o con el brazo de madera. Y a la vez dividirnos para tenernos bien etiquetados por si hiciera falta llamarnos a filas, sin tenernos que poner pegatinas encima de la ropa. 

Los woke somos víctimas del "buenismo", de lo que nos dicen —según ellos, los que insultan— los jetas ladrones de la política; y por eso además de woke somos imbéciles pues aunque no seamos gente mala nos dejamos engañar por los malos. 

Somos woke por querer estudiar mucho, por intentar modificar las condiciones del trabajo, por no aceptar que nos engañen en los supermercados, por creer en el cambio climático, o por obedecer a los que mandan si son de izquierdas. Si mandan los de derechas y nos quejamos ya no somos woke, somos revolucionarios.

En realidad solo se es woke de verdad, de pata negra, si vives en un país gobernado por la izquierda. En los que gobierna la derecha ya no eres woke puro, pues no tienen a quien obedecer, sino si acaso, de estar quejándote siempre de todo.