17.2.25

Aprende a ser buen entendedor de las intenciones de todos los demás

Tengamos un simple consejo en la relación con los demás como un peldaño fundamental. 

Aprendamos a ser buenos entendedores. 

No vale ya con saber razonar bien, además hay que intuir, trasmitir, recoger y escuchar. 

Hay que adivinar las intenciones de los demás, ser maestro en detectar las buenas y malas intuiciones de todos. 

Hay que sacar el jugo de todo lo que nos llega a medias, pues si no desciframos no entenderemos más que la mitad.

Aprender a entender a las personas, a sus intenciones es fundamental. 

Si son buenas: abrázalas. Pero ojo, detecta si son malas, pues entonces hay que convertirlas en odiosas y abandonarlas. 

Por eso hay que saber valorar bien lo que nos llega y no equivocarnos, pues los errores se pagan caros y a veces son injustos.

16.2.25

¿Queremos ser europeos o comparsa de un presidente de los EEUU?


El triángulo formado por Donald Trump, J. D. Vance y M. A. Rubio, todos estadounidenses, está funcionando muy bien para salvaguardar la Unión Europea. La unión con el mismo discurso de el Presidente, el Vicepresidente y su Ministro de Asuntos Exteriores aunque allí los llamen de otra manera, está logrando que Europa despierte. Están trabajando muy bien para levantar la tontuna de la Unión Europea, posiblemente sin darse cuenta.

Esta segunda semana de febrero de 2025 ha sido maravillosamente crucial para la Europa Unida, pues ha supuesto el claro toque de atención sin ambages, de que el amigo norteamericano se ha acabado, no nos quiere y nos tenemos que espabilar. Ya no podemos dudar desde Europa.

¿Y ahora qué? Pues ahora hay que trabajar y reflexionar my en serio si seguimos queriendo una Europa Unida y por eso Emmanuel Macron ha llamado de urgencia para mañana a Capilla a los mandatarios máximos de Francia, Alemania, España , Italia, Polonia, Países Bajos, Dinamarca, Portugal, Reino Unido y el SG de la OTAN.

Europa no puede consentir que se le ningunee, o lo que sería lo mismo, Europa debe cambiar sus políticas con los EEUU, no ya solo las comerciales, sino todas ellas, para decidir que el futuro de Europa le pertenece a Europa, con todo lo que eso supone, que es mucho.

Los europeos, todos, tenemos que tener muy claro qué nos jugamos en esta próxima semana. Los acontecimientos se precipitan, pues es verdad que también es posible no hacer nada, o hacer como las avestruces. Pero hagamos lo que hagamos, el precio de la decisión de Europa será alta para los europeos.

¿Queremos ser europeos o queremos ser comparsa de lo que nos dice a todos los niveles un presidente de los EEUU?


15.2.25

¿Queremos cuidar la Democracia o ya nos da igual todo?


La Democracia como modelo de vivir no es solamente votar cada cuatro años y poder elegir a los que gestionarán nuestro Foro Público y nuestros espacios de gestión pública. La Democracia es mucho más que tener instituciones y si solo la hemos convertido en eso, la estamos destruyendo. La Historia no lo avisa.

Digo destruyendo, y no digo devaluando, pues devaluada ya hace tiempo que esta, por los errores de casi todos. También de la izquierda.

Cuando a finales de los años 70 o principios de los 80 nos empezamos a sentir que ya vivíamos en una Democracia que aprendía a funcionar, nos dimos cuenta de la tremenda diferencia con los años anteriores. Por cierto en 1975, muerto el Dictador, lo que había NO ERA DEMOCRACIA, por lo que yo no puedo celebrar el 50 aniversario de la llegada de la Democracia.

Era en aquellos primeros años de la Democracia muy posible hablar con los que gestionaban lo público; ellos te escuchaban, tu los respetabas y si lo que se pedía no era posible, te lo decían bien claro y de forma pedagógica. Siempre había unas explicaciones. Y lo digo sabiendo lo que viví de cerca en mis peticiones con el Ayuntamiento de Zaragoza y con el Gobierno de Aragón, hasta lograr algunas cosas importantes. 

Todo eso se ha ido desvirtuando, hoy ya no queda nada de esas formas. Todos hemos aprendido a soportar las presiones de la sociedad sin tenerles que hacer caso, a saber el valor real de una manifestación y que los problemas no deben resolverse solo por que lo pidan las Asociaciones, sobre todo porque las Asociaciones ya no tienen fuerza ni poder.

Toda esta mezcla ha logrado que la Democracia se haya perturbado, tenga otro valor, y haya entrado en un proceso de una debilidad muy seria. E incluso a que haya una buena parte de la juventud actual que crea que la Democracia no es para tanto ni es buena en sí misma.

No me voy a referir a lo desvirtuados que están los Sindicatos ni algunos Partidos Políticos, no quiero que se me tache ni de agorero ni de imbécil, o al menos no quiero dar mucho trapo a ello. El que haya tan poco afiliados es un síntoma grave de la realidad. Y el que los que a veces se afilian no lo hacen después de leerse los Planes de Acción Política de los respectivos partidos o sindicatos, indica con qué criterios se entra.

O cambiamos, o cuidamos mucho más el valor de la Democracia (poniéndola con mayúsculas para empezar a entender que es un activo propio) o la iremos perdiendo a una velocidad superior a la actual. Lo dicen los libros de Historia. Sí, Historia también con mayúsculas.

14.2.25

Diferencias entre ser culpables y/o responsables


Venimos de una cultura católica excesivamente intervencionista en nuestros pensamientos y por ello confundimos la culpabilidad con la responsabilidad. 

Nos han intentado meter en la cabeza que siempre somos culpables de algo y que Dios maravilloso nos puede perdonar con un par de padrenuestros.

Pues ni somos culpables de nada (excepto que seamos culpables de algo) ni se nos puede perdonar con una oración y una bendición. No es así de simple. 

Somos eso si, responsables de nuestros actos, de todos nuestros actos, para bien y para mal. Y una vez asumida la responsabilidad ya no cabe perdón divino ni humano, si acaso entendimiento y comprensión.

Si somos capaces de entender la diferencia entre culpabilidad y responsabilidad —algo muy obvio pero que muchos no entienden— avanzaremos en nuestra forma de comportamiento. 

Somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario, pero aun así siempre somos responsables y no sirve de nada contarle a un cura encajonado lo que hemos hecho, para así buscar el perdón. 

Deberemos pagar por nuestros actos, incluso ante la ley divina, por mucho que hagamos penitencia, algo por cierto muy sencillo. 

La penitencia real es la responsabilidad y no la culpabilidad, que por cierto casi nadie admite y así es imposible hacer actos de contrición y propósitos de enmienda.