Como era previsible y esperado, la ejecutiva de Junts avala este lunes la propuesta de Puigdemont de romper el pacto de investidura con el PSOE de Pedro Sánchez. Una decisión lógica que nos lleva a una nueva presión añadida que tendrá que sortear el PSOE aunque la única solución válida será la convocatoria de un adelanto electoral.
Pero esta decisión siendo importante y esperada no es inevitable ni urgente llevarnos a una convocatoria adelantada de unas Elecciones Generales, aunque trastoca la idea principal de llegar al 2027.
Junt no va a apoyar al PP, y esto hay que tenerlo muy claro si se siguen las lógicas políticas de sentido común. Pero a veces el sentido común no es muy común ni tiene mucho sentido.
Simplemente lo que dice Junt y sin decirlo abiertamente, es que no se les han cumplido ninguna de sus peticiones aunque parezca lo contrario, y sobre todo que primero están ellos, luego Cataluña y a bastante distancia la gobernabilidad de España, añadiendo en voz baja que ya no quieren sentir cerca esa sensación de que les han tomado el pelo.
Insisto en que es su apreciación, no la mía, pero lo cierto es que aunque Cataluña sí ha recibido apoyos incluso a veces positivamente discriminatorios con sus vecinos, ellos no han visto la amnistía en sus propias carnes.
Ni el tema de la amnistía para sus dirigentes, ni el de la oficialidad del catalán en Europa o el poder recibir las competencias en inmigración en Cataluña ha dependido del PSOE, sino de terceros. Y eso les supone tomar la decisión de romper con el Gobierno pero no apoyarse en esos que a veces les han puesto zancadillas ante sus soluciones planteadas para ellos y para Cataluña.
¿Y ahora? Pues hay un camino lógico que no sé si será el elegido.

















