27.12.25

Todos somos creyentes, y eso es importante


A los largo de mis muchas décadas he tenido contactos con innumerables agnósticos y ateos, y con creyentes que en casi su totalidad han sido cristianos, algunos incluso católicos y otros pocos judíos.

En este siglo XXI va sucediendo lo que es lógico cuando estamos en tiempos raros o de crisis. Todos queriendo o sin querer dudamos de casi todo. Incluso de no ser creyentes. 

En mi vida he tratado con varios sacerdotes de izquierdas, incluso de muy de izquierdas. Y con sacerdotes muy humanistas que siguen trabajando por su barrio. Y estuve tres años en un colegio de "curas" como un pobre que estaba becado, en donde con el mayor de los respetos me intentaron enseñar más de religión, de lo que yo pretendía estudiar. Tengo muy buenos recuerdos de aquellos años.

Incluso fui candidatos a ser Infantico del Pilar que debe ser lo máximo que se puede ser como niño cantor en Zaragoza, allá por los años 60 del siglo XX y cuando eras pobre. No superé la prueba de canto.

Uno de mis amigos agnósticos ya fallecido, era de los que desde su filosofía de vida, animaba a abrazarse a los árboles cuando no tenías personas cerca. Yo he vivido los años en los que abrazarte entre personas no era delito. Y era también de los que adoraban sentarse para hablar con amigos alrededor de un café en un lugar tranquilo.

Hoy creemos más en el psicólogo que en el sacerdote, y lo curioso es que el primero te cobra y el segundo no. Creemos más en las pastillas de química que en salir a correr al campo o a charlar con los vecinos de vida. Son cosas que van cambiando.

Mis primeras lecciones de comunismo, del que venía de aquella Rusia o de la China de Mao me las dio en largas caminatas un amigo de mi edad, menos de los 20 años teníamos ambos, que estaba muy cerca por no decir dentro, de organizaciones juveniles cristianas de base. Tampoco está hoy con nosotros.

Mis primeros contactos con CCOO cuando todavía vivía el enano dictador, las tuve en cine fórum de barrios zaragozanos como Torrero o La Paz, o en menor cantidad en Delicias o Las Fuentes, que se organizaban dentro de iglesias, en sus locales anexos.

No tiene nada que ver el cristianismo con el catolicismo jerárquico. A mi me enseñaron los Maristas que rezar no es lo mismo que orar. Y que el humanismo tienen una bases simples de obediencia de personas con personas, para dotarnos de justicia y felicidad. 

En estos tiempos casi todos somos creyentes. de algo, casi siempre de algo importante. Y lo hermoso es que es una actividad muy positiva. 

Yo creo en las personas; en que posiblemente existe algo que no llego a entender; en la bondad y en el humanismo. Y en la filosofía de las buenas personas históricas como Jesucristo.

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