Ya sabemos que según dicen los expertos de todo tipo, a partir del lunes será el caos en Cataluña. Aunque la verdad, a nadie se le ocurre pensar que ese caos en Cataluña será —de cumplirse las amenazas— otro caos en España. Veamos algunas tontadas que se han dicho en esta semana de miedos, dejando claro que yo NUNCA deseo la separación de Cataluña, pero que los miedos no son la solución.
Los catalanes en breves días no serán españoles ni europeos. Cabe preguntarse si al final decidirán ser africanos o asiáticos. No pertenecerán a la Unión Europea, que es por si se nos ha olvidado un simple Mercado Común incapaz de ser algo más importante.
No se podrán pagar las pensiones ni los sueldos de los funcionarios del Estado. Me imagino que eso quiere decir que los funcionarios (médicos, maestros, policías, jueces) tendrán que volverse a España con su mochila y dejar Cataluña vacía de gente que ya no cobraría sueldos públicos.
El corralito vendrá obligado, al irse de Cataluña todos los bancos actuales. Incluidos los catalanes. Claro que…, si los bancos catalanes no se van, igual estos deciden hacer el corralito al revés, contra los españoles.