17.8.19

Somos como el kéfir, contamos parte y nos reservamos "la madre"

Apuntar la vida es un trabajo de Diarios, algo que parece que va en aumento por esa manía de los tiempos actuales por contar o al menos recontar qué hacemos, qué miramos. Presentamos imágenes con nuestros viajes, enseñamos el crecimiento de los hijos, opinamos de todo algunas veces con gritos o exabruptos, nos mostramos tan naturales que a veces nos confundimos con la basura.

Pero todo cambia con el tiempo, son modas pasajeras que normalmente acaban en todo lo contrario. Es cuestión de tiempo. Los blog son otra herramienta para mostrarnos al desnudo. Pero cuidado, pues a veces dentro hay un componente literario que disfraza los ingredientes. Lo ahcen los poetas, los escritores, con creadores de opinión o los que cantan sus dichas. Nada hay de verdad total en toda la verdad contada.

Necesitamos vaciarnos, pero siempre nos dejamos algunos posos, parte de la substancia para poder seguir creando fluidos. Es un poco como con el kéfir, si no dejamos “madre” dentro del frasco, se nos muere. Por eso nunca nos bebemos la substancia real, sino sus fluidos. Sus creaciones.

Pero es que tampoco se necesita más para disfrutar del kéfir de la vida de otros. Con saborear lo que se ofrece, si es sabroso y sirve para alimentarnos un poco cuidando nuestra forma de mirar, ya es suficiente.

16.8.19

Estoy a favor de todo lo que está a favor y en contra de todo lo que está en contra

Yo estoy a favor de todo lo que está a favor. De casi todo. De lo legal, se entiende. Y de lo que tiene que ser legal por sentido común. Y en cambio estoy en contra de todo lo que está en contra. Cuando alguien está en contra me mosqueo, no me gusta que se esté en contra. Calma. hay que mirarlo bien. Si se está en contra es porque ahora o antes algo hizo que se estuviera a favor. Así que hay que mirarlo con calma.

¿Quienes somos nosotros para cambiar lo que durante años, décadas, siglos fue un sistema admitido? Ya, que sí, lo sé. Avanzamos, nos movemos. A veces nos movemos hacia atrás. Es que no siempre lo que queremos reformar es para bien. O al menos no es tan simple como para que siendo para bien, hayamos tenido que esperar miles de años para darnos cuenta. ¿Y seguro que desde los griegos o romanos hemos avanzado tanto como podría suponer la cifra de 2.000 años?

Yo sé que nosotros somos una mierda. Un suspiro en la historia. Estamos aquí lo que tarda en crecer una nube. Así que admitiendo que estamos aquí de paso y además solo unos instantes, prefiero dedicarlos a estar a favor que a estar en contra.

Estar a favor es la hostia. A veces es más osado que estar en contra. En realidad es lo mismo, pero parece que es al revés. Lo más cómodo es no estar ni a favor ni en contra. Ser de los avestruces que esconden la cabeza. ¡Joder! si encima de que estamos aquí un suspiro, nos dedicamos a abstenernos, no servimos para nada.