17.8.19

Somos como el kéfir, contamos parte y nos reservamos "la madre"

Apuntar la vida es un trabajo de Diarios, algo que parece que va en aumento por esa manía de los tiempos actuales por contar o al menos recontar qué hacemos, qué miramos. Presentamos imágenes con nuestros viajes, enseñamos el crecimiento de los hijos, opinamos de todo algunas veces con gritos o exabruptos, nos mostramos tan naturales que a veces nos confundimos con la basura.

Pero todo cambia con el tiempo, son modas pasajeras que normalmente acaban en todo lo contrario. Es cuestión de tiempo. Los blog son otra herramienta para mostrarnos al desnudo. Pero cuidado, pues a veces dentro hay un componente literario que disfraza los ingredientes. Lo ahcen los poetas, los escritores, con creadores de opinión o los que cantan sus dichas. Nada hay de verdad total en toda la verdad contada.

Necesitamos vaciarnos, pero siempre nos dejamos algunos posos, parte de la substancia para poder seguir creando fluidos. Es un poco como con el kéfir, si no dejamos “madre” dentro del frasco, se nos muere. Por eso nunca nos bebemos la substancia real, sino sus fluidos. Sus creaciones.

Pero es que tampoco se necesita más para disfrutar del kéfir de la vida de otros. Con saborear lo que se ofrece, si es sabroso y sirve para alimentarnos un poco cuidando nuestra forma de mirar, ya es suficiente.