12.8.19

La democracia es como un niño pequeño y hay que mimarla


Cuando observas a los responsables de un país en suspenso, escapando de vacaciones a las calmas suyas, propias…, a uno le entran ganas de gritar. Y eso que sé jugar al ajedrez y entiendo perfectamente que a veces haya que jugar al engaño. Pero en este caso que se note el engaño a los que realmente hacen funcionar el país, que somos tú y yo, pues como que… en fin.

La democracia no es un juego, ni está asegurada por su propio nombre, ni es un proceso irreversible. 

La democracia se trabaja cada día, y en el caso similar al de los niños pequeños, hay que amarlos, alimentarlos bien y limpiarlos de polvo y paja. Lo contrario es ser muy poco responsable.

Europa está jugando desde algunos países, a joderse así misma. España es lo mismo de lo mismo. Mariano Rajoy sentó escuela con su “tranquilos, que el tiempo todo lo cura” aunque esa frase y decisión sea tan vieja como las orillas de los ríos. Lo malo es que no siempre funciona y a veces es muy arriesgada.