26.12.25

La izquierda en Aragón y el 8-F

Que en Aragón hayan sido incapaces de ponerse de acuerdo ni tan siquiera Podemos con IU, es una muestra de que tenemos que reiniciar el ordenador mental de la izquierda aragonesa. Ni con prisas ni sin ti, tiene la cosa remedio.

Hace ya años que vengo diciendo en este mismo lugar, que por humanidad, sí por humanidad, no deberíamos ir dando tantas juergas gratis a la derecha aragonesa, pues las celebran con cava y les estamos jodiendo el hígado de tantas facilidades que les damos para celebrar nuestros errores.

En las elecciones del 8-F en Aragón ya sabemos que ganará la derecha y perderá la izquierda. De eso no tenemos dudas, aunque de los números correctos hay de momento todas las dudas y sus consecuencias. 

Por eso la izquierda debería haberse planteado estas elecciones no tanto como un trabajo para obtener buenos o malos resultados el 8-F, sino como un ejercicio para explorar, analizar, reflexionar con seriedad y miras de futuro nuevos caminos, diferentes opciones, analizando a su propia sociedad y sus comportamiento con diversas opciones. 

No es tan difícil sacar conclusiones, cuando se tienen los resultados de cada colegio electoral de hace menos de tres años sobre una mesa de análisis. Comparar es un trabajo de estadística, sociólogos y matemáticos.

Ya no hay remedio para aprender tras el 8-F, lo admito, nos falta chicha o músculo, pero en algún momento nos tendremos que hacer cargo de nuestros propios errores. 

Quejarnos y hacerlo en Redes Sociales como si fueran una Sopa mal dirigida, o en manifestaciones que ya están superadas en el siglo XXI, es un gran error.

Las Redes Sociales (otro día hablaré algo más de ellas) las están dominando perfectamente la derecha, simplemente por que han aprendido a organizarse, a darse consignas, a dedicarles tiempo como si fueran una empresa y no un juego aleatorio en donde cada uno va a su libre albedrío. 


Si nos molesta, no cortes por lo sano


En los últimos tiempos, si algo nos molesta, no medimos las consecuencias y lo insultamos, lo intentamos destrozar sin medir nuestras acciones. Es lógico que cada uno pensemos de diferente manera, que no seamos iguales y que tengamos distintas ideas, pero eso no quiere decir que haya que destrozar las de los demás.

Esta viñeta de The New Yorker es clarísima, y publicada en este diciembre de 2025. Como se le ha caído una manzana encima de la cabeza, opta por cortar todos los manzanos del campo. Sin árboles, ya no se caerán las manzanas. ¿Y…?

Ojo, mucho cuidado con lo que nos molesta y con lo que pedimos a gritos, no vayamos a conseguirlo y ya no tengamos remedios válidos para rectificar. A veces pedimos sin saber las consecuencias, aunque no sea tan complicado verlo.