10.3.09

No todos los socialistas son tan pusilánimes

Artículo publicado en El Mundo digital. Pinchar y se entra a leer el artículo.

Sin duda, surgirán voces dentro del PSOE, que tengan que decir que hay otras políticas económicas, comerciales y laborales posibles.
Eso o el suicidio político para muchos años.

Lo que realmente cuesta un piso, en años de trabajo

El precio de las cosas tiene su relación con el tiempo de trabajo que cuesta poder ganar el dinero suficiente para pagarlo.
Un piso según El Heraldo, en Aragón, cuesta 65 años.
Recuerdo que mi primer piso costó 32 meses de mi sueldo de oficial de segunda.
Hoy con 32 meses de sueldo no me puedo comprar ni una habitación.
Por eso los pisos son caros, porque no se pueden pagar.
Y lo curioso es que un piso sólo sirve para ser habitado. No sirve para nada más. Si nadie puede habitarlo, nadie lo va a comprar ya, se acabó la adquisición como inversión al menos en unos buenos años, si no asistimos a una tendencia clara hacia el alquiler y que sean empresas las que sean las dueñas de los inmuebles, como ya sucede con algunos bloques.

El racismo racional

Son muchos los racistas racionales que no saben que lo son, o que al menos dicen que no lo son. Ser racista “normal” es muy reconocible si se le deja hablar. Pero el racional sólo actúa cuando los intereses propios entran en conflicto con los de una persona de otra raza.
La palabra raza es mucho más amplia en el contexto social que el de diferente color de piel. Para la inmensa mayoría de la sociedad, la simple diferencia cultural, religiosa, social o económica es más que suficiente para considerar al “otro” como una persona de otra raza, de otra estirpe.
No son raciales, alardean de que están a favor de ayudar a los pobres y a los desvalidos, pero no aceptarían nunca que sus hijos se casaran con un pobre sudanés o que su jefe fuera gitano o incluso musulmán de Etiopía. Son gente a las que les fastidia que el fontanero sea de Ecuador, que el médico que le atiende sea chileno o libanés o que asciendan en su empresa a un polaco en vez de a uno de Sevilla.
Eso si, no son racistas puros sino racionales, personas que creen que el envoltorio de sus vidas les pertenece valorando más este que a la propia persona, que en realidad es ciudadano libre del mundo

Los avalistas van a pagar las deudas de la crisis hipotecaria

En España la ley puede obligar al embargado por impago de una hipoteca a tener que hacer frente a la diferencia de precio entre el bien embargado y la deuda.
Es decir, puede que debas más que el valor real y actual del bien hipotecado y que en caso de impago, no sea suficiente con la pérdida del bien para cubrir deuda. Los mismos tasadores que valoraron tu piso en 1000 hoy lo pueden valorar en 600 para el banco al que le debes lo que te prestó según la anterior valoración.
Pero además, en caso de embargo, te solicitarán en primera instancia los intereses adeudados, los intereses de demora y los gastos que suponga todo el proceso de cancelación de la deuda con los apremios, embargos, costas judiciales, etc.
Una barbaridad.
Mientras no cambie la ley en España, lo mejor es no dejar de pagar, algo que se complica en tiempos de crisis y de pérdida del puesto de trabajo.
Los avaladores lo tiene igual de mal, pues los bancos prefieren mil veces mil, cobrar dinero de alguien que iniciar un expediente de embargo.
Por eso las cartas de amenaza, veladas o no, son las primera herramienta.
Y sólo queda la negociación con el banco, que en estos momentos es más sencilla que en otros. Se suele terminar con un alargamiento del periodo para que las cuotas sean menores.
Pero si la deuda es con una entidad “usurera” de las que ofrecen créditos “fáciles” el drama crece pues no se van con chiquitas y la amenazas y embargos (porque les benefician) o los alargamientos de deuda con subida de interés son su caldo de cultivo preferido.
Mucho cuidado con las deudas, con quien nos endeudamos, y sobre todo con avalar sin tino.