
No nos preparan para el esfuerzo, para la autoestima, para la realización personal o para el conocimiento completo de los temas que no sean puramente económicos.
No nos preparan para el consumo, pues nos prefieren sin preparación, para que no sepamos defendernos.
Solo importa el consumo y el orden que se pueda formar con los números. Puede incluso cuadrar porque para eso hay teorías que lo avalan.
Necesitamos un país en donde no sea necesario trabajar, pero eso si, donde se consuma todo lo que el estado te entregue como subvención para vivir.
Es curioso, pero lo importante no es tanto ni el qué, ni el cuándo ni el para qué. Lo único importante es el cuanto, y contra más cuanto mucho mejor.
Por eso hoy las cosas duran poco o nos convencen de que cada vez hay que ir más a los lugares de consumo, porque el éxito económico no es la productividad ni la felicidad ni la motivación. El éxito para el sistema es el consumo.