16.11.08

Cumbre de Washington. Conclusiones.

Finalizada la Cumbre de Washington, viene el tiempo de analizar sus conclusiones y para ello algunos medios de comunicación nos han dejado el documento aprobado a nuestra disposición pública.
Sin duda es una Cumbre que abre un nuevo periodo de reuniones tendentes a modificar el sistema financiero macroeconómico, pero sin resultar revolucionario en ningún aspecto.
Más control, basándose en muchos aspectos en medidas que ya han tomado países europeos y España a la cabeza, regulando los experimentos y los paraisos fiscales y dotando al mercado de la libertad suficiente para que sea él mismo quien regule la medicina que (dicen) salvará al mundo de la actual crisis.
Mercado, mercado, mercado.
El propio mercado como salvaguarda de los excesos del mercado.
Liberalismo puro.
No estoy nada seguro de que con estas indicaciones se salga de una crisis que más parece de sistema que de controles. Ninguna medida es mala, pero posiblemente sea insuficiente o se olvidan en el camino otras mejores o al menos más osadas.
Para una crisis incipiente estas medidas son correctas, para un problema mundial de tamaño incalificable todavía, estas medidas pueden ser pomada suave.
Se solicita reactivar la economía, y aquí cada país y dentro de sus posibilidades y su filosofía tendrá que tomar medidas particulares, para reactivar "artificialmente" su economía. Se habla de bajar los impuestos, posiblemente de subir la inversión pública, pero también de no controlar con mano de hierro los mercados, de que estos permanezcan totalmente abiertos.
Tal vez la medida de reconocimiento hacia los países emergentes sea lo más históricamente importante de esta Cumbre. Y que en abril se volverán a reunir para ver cómo nos ha ido.

13.11.08

Gazprom quiere comprar, España no quiere vender y el capitalismo va a probar su propia medicina

Cuando el Vicepresidente ruso Zhukov le dijo a Miguel Sebastián que su gobierno deseaba comprarle a Sacyr el 20% que posee de Repsol, a través de la empresa Gazprom, le entró un dolor en el bajo vientre del que todavía no se ha repuesto.
Porque una cosa es lo que ahora se diga en los medios de comunicación y otra bien distinta lo que realmente se puede hacer.
Los rusos tienen acuerdos con Alemania y Argelia para desplegar su gasoductos por toda Europa, y la dependencia de España con respecto al gas en concreto pero de toda la energía en general, es total.
España no podrá negarse a la venta de ese 20% de Repsol si los rusos se empeñan en ello, con lo que es inevitable llegar a un acuerdo de algún tipo para salvar el idem.
Los países con energía que venden, son los pocos que tienen dinero de verdad para comprar en efectivo, algo que en estos tiempos de crisis financiera es un lujo que nadie puede olvidar. Que las empresas occidentales están en venta es algo que no merece la pena reseñar y que su precio en Bolsa es en algunos casos de “saldo” tampoco.
Así que en unos años podemos asistir a la invasión no ya de soldados sino de ejecutivos en la dirección de empresas de todo tipo, dentro del sistema capitalista, dirigidos desde países que no han sido nunca maestros del libre mercado. Han aprendido a dar aceite de ricino al enfermo que se pensaba que había vencido, porque no se veía al enemigo.