En la política española no ganamos para esperpentos. El teatro del esperpento es un género teatral creado por Ramón del Valle-Inclán, que deforma la realidad de manera sistemática para presentarla de forma grotesca, satírica y crítica con los demás, que suelen ser todos los contrarios. Y ese teatro del esperpento lo practican todos a los que les ponen un micrófono y se sienten con Poder.
3.11.25
Carlos Mazón dice que ya no puede más. Pobrete
En la política española no ganamos para esperpentos. El teatro del esperpento es un género teatral creado por Ramón del Valle-Inclán, que deforma la realidad de manera sistemática para presentarla de forma grotesca, satírica y crítica con los demás, que suelen ser todos los contrarios. Y ese teatro del esperpento lo practican todos a los que les ponen un micrófono y se sienten con Poder.
Me han dado una Insignia Japón. He tenido suerte
No hay duda de que estamos tontos, y de que nos dejamos engañar con el postureo. Nos mola hablar de tontadas y de creérnoslas. Como dice alguien en una sería televisiva, hemos logrado convencernos de que estar en la Zona de Confort es negativo, que aspirar a tener confort y estar tranquilos es algo que no nos corresponde como meta.
Estar en la Zona de Confort es admitir que somos esclavos y además contentos. No les falta parte de razón, pero salirse de esa zona de confort y no saber a dónde puedes ir, es peligroso. Antes de salirse, hay que hacer unos planos y unos planes.
Hoy he recibido este mensaje de arriba en mi teléfono. Me lo manda mi reloj idiota, y se queda tan tranquilo pues está convencido de que soy más idiota todavía que él mismo.
Me dice que como logro andar los 4.000 pasos diarios que yo mismo me he puesto como objetivo, y lo cumplo equis días al mes, me corresponde una Insignia Japón.
No me ofrece una recompensa lógica, como sería, si acaso, la Insignia Kenia o Colombia o Islandia. No, la de Japón que mola mucho más. Uno quiere un premio entregado desde Japón, pero no agradece si es un premio recibido desde Kenia.
Nos lo tenemos que hacer mirar, pues si algo queremos, le tenemos que poner ganas y esfuerzos. Lo demás son mierdas.
Los 4.000 pasos diarios no merecen ninguna insignia, si no es para volverte más idiota que antes. Ganas me dan de darle un pisotón al reloj idiota. Pero es caro.

