25.7.13

España sufre en Galicia otra patada en sus riñones


Tras nuestro pésame a las familiares de las víctimas y nuestro aliento a todos los heridos, algunos con la vida desgarrada en un golpe mortal, vienen como debe ser los análisis críticos en busca de mejora.

Los sistemas de seguridad de los trenes era hace 35 años muy alta, como personalmente pudo comprobar viajando en cabina varias ocasiones. Y ya entonces había una cierta habilidad para que los conductores nuevos aprendieran a saltárselas a la vez que aprendían a conducir. Como es lógico todos eran partícipes de este salto en el aire. Pero insisto, los sistemas de seguridad previstos en aquellos años tanto en cabina como en vía eran MUY ALTOS.

Más seguridad habrá hoy, más en sistemas de alta velocidad. Por eso cuesta tanto entender que en una curva (casi inevitable en la construcción del trazado) en la que había que entrar a 80, se estuviera entrando a 190 como indicaba el propio conductor a su centro de operaciones. ¿Cuántos sistemas de seguridad fallaron?

Pero con independencia de los dramáticos fallecidos y heridos, toca ahora analizar como está afectando estos desmanes a la marca España.

Nuestra mayor empresa es el turismo. Dependemos de este servicio que se mueve sobre todo con la seguridad y tranquilidad, para sobrevivir como país. Trasmitir una sensación exterior de país de pandereta e irresponsable es un grave lastra que hay que evitar con urgencia y determinación.

Atendamos a los heridos y familiares, enterremos a los fallecidos y pongámonos ya a buscar responsabilidades que NUNCA quedan solo en la de una persona en concreto, por mucho que sea el sujeto actor.


Nota de El País.: La línea donde se produjo el accidente no está dentro del ERTMS (European Rail Traffic Management System), un sistema de gestión del tráfico ferroviario que impide que un tren rebase la velocidad máxima establecida o no obedezca las señales que indican parada, muy similar a los sistemas de alarma automáticos ya instalados en muchos países europeos. Este sistema es el implantado, por ejemplo, en la línea de AVE Madrid-Barcelona en octubre de 2011.

En el tramo donde ocurrió la catástrofe sí funcionaba el ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático), un sistema automático ampliamente implantado en la red ferroviaria española. Se trata de un mecanismo que detiene el tren si el conductor no respeta lo que indican las señales. El ASFA convencional es un sistema de control puntual: solo recibe información de la vía en determinados puntos (las balizas) y solo si el tren pasa por esos puntos (y fuera de velocidad marcada) se controla (automáticamente la velocidad para) que este circule según lo establecido.

Nota dos (Telecinco, programa AR de Verano).: Se dice en El Programa de Verano, que hay un Facebook del 9 de marzo de 2012, publicado por una persona que se llama igual que el conductor del tren siniestrado, en donde se publica una imagen del interior de cabina en este punto del accidente, enseñando el velocímetro que marca 220 km hora y alardeando de la proeza. ¿Se jugaba a realizar carreras de riesgo? Me parece imposible, pero lo han dicho en Telecinco a las 9,02 de la mañana y así lo publico tras insistir e incluso preguntando sobre este tema a Julio Gómez, Presidente de RENFA