23.1.15

Historia básica del Islam comparado con el judaísmo y el cristianismo

El Islam es una de las tres religiones monoteístas del mundo junto al judaísmo y al cristianismo, y que Mahoma fundó —por decirlo de alguna manera simple— en el siglo VII d.C. extendiéndose desde Arabia hasta el Asia Central y el océano Atlántico, sobre todo lateralmente en un amplio espacio geográfico socialmente bastante diferente. Posterior al cristianismo, veremos luego que comienza de una forma bastante similar, con un Profeta que pone normas de convivencia.

Antes del nacimiento del Islam ya existía en Arabia el judaísmo y el cristianismo, y los habitantes de todo Oriente tenían sus propias religiones basadas en gran medida en variantes de las dos monoteístas que existían ya. Los judíos y los cristianos. 

En la zona de Arabia sí existían también religiones politeístas que creían no en un solo Dios sino en varios según sus diversas divinidades.

Durante un periodo de varios siglos que los islamistas llaman “Los días de las ignorancia” se van modificando las diversas realidades religiosas de los árabes, eran tiempos según el Islam de incultura religiosa y no homogénea.

El Dios es el mismo para las tres religiones monoteístas. Jesucristo es para todos cuando menos un Profeta que trasmitió la palabra del mismo Dios, el Antiguo Testamento es el mismo para las tres religiones y las diferencias son más de interpretación de las fuentes después de Abraham, que de fundación o de bases religiosas, aunque ahora entendamos como tremendas las diferencias de cada religión monoteísta, dando la sensación de que las tres se basan en principios totalmente distintos.

El Gran Maestro de Mahoma —antes de que este avise de que el Arcángel San Gabriel le ha dado una “dicción directa” de las leyes divinas que configuran el Corán y que recibió por entregas entre los años 612 y 632 d.C.—, fue el primo de su mujer, Jadiya, una rica viuda que se dedicaba a tener camellos para el transporte por el desierto de las mercancías que venían desde el sur al norte de África y Asia o al revés. 

En aquellas tierras tan inhóspitas ser camellero o asaltador de caminos era una de las pocas profesiones con futuro, sin tener nada que ver la una con la otra. Mahoma había recibido una orden divina en un retiro voluntario para meditar en una cueva. Era el año 610 de nuestra era cristiana y a partir de ese momento empieza a edificar el islamismo. También Jesucristo se retiró al desierto durante 40 días.

Pues bien, ese primo de Jadiya. Gran Maestro de Mahoma según se reconoce y que se llamaba Waraqa ibn Nawfal bin Asad ibn Abdul Uzza, curiosamente era cristiano, es decir religioso de una de las dos religiones que ya existían en esos momentos en Arabia, cierto que algo crítico con el cristianismo de su zona —no hay que olvidar que por entonces había decenas de cristianismos distintos— y se dedicaba a traducir del hebreo al árabe las Sagradas Escrituras hebreas, cristianas o gnósticas

Esta persona cristiana con bastos conocimientos teológicos, fue quien realmente introdujo a Mahoma en los estudios religiosos de la época, posiblemente con la idea de que fuera su sucesor.

El Islam para los musulmanes es la religión que ha quedado después de volver a sus orígenes las religiones monoteístas anteriores, es decir tras enderezar al judaísmo y al cristianismo antiguo, para rectificar las desviaciones que durante siglos alejaron la palabra que Dios empezó dando a Adán, a Abraham, a Moisés o a Jesús.

No es una religión que nace nueva, que surge de la nada, es pues para ellos la restitución a la realidad divina de una religión que siempre ha sido la misma pero que los ciudadanos de antaño se empeñaban en no hacer caso y modificarla a su gusto por no escuchar con detenimiento la palabra de los Profetas que iba enviando Dios.

Transmite pues Dios a Mahoma otra vez las leyes primeras, y curiosamente podemos ver ahora y en los tres casos de religiones monoteístas, todas las leyes básicas son iguales y todas quedan plasmadas en Libros Sagrados, pero que en realidad difieren mucho en sus detalles menores. Mismo fondo o muy similar, pero diferentes formas de alcanzarlo desde cada religión.

Moisés en nombre de Dios entrega las leyes y funda el judaísmo quedando sus leyes escritas en la Tora; Jesús como Hijo de Dios entrega otra vez las leyes a sus discípulos y estos escriben la Biblia creando el cristianismo, y Mahoma recibe mucho después a través del Arcángel San Gabriel las normas de Abraham en nombre de Dios y recoge en el Corán unas leyes obligadas que dan vida al islamismo. 

Como el Islam es la última religión en surgir, avisa que sus normas son de Abraham e incluso de Moisés (en teoría fundador del judaísmo), y que ya nunca más vendrá otro Profeta a entregar su Palabra de Dios.

Sus 5 leyes fundamentales suenan comunes en todo el mundo religioso monoteísta.

Hay un único Dios

 Los Ángeles son seres espirituales que tienen diversos cometidos y formas

 Sus libros de normas tienen que ser transmitidos a todos los hombres

 Un día todos resucitaremos y se nos hará un juicio final

 Lo que nos sucede está predeterminado y es Dios quien conoce lo que nos va a suceder aunque seamos nosotros los que elijamos el camino pero con el permiso de Dios

Y uno se pregunta. ¿Cómo es posible que siendo religiones tan parecidas en sus fundamentos y en sus normas obligatorias, se odian todas ellas a muerte y hoy en pleno siglo XXI son tan distintas en su realidad social?

Pero veámoslo desde el punto de vista más lógico, desde una cierta distancia y sin perder el respeto a nadie. 

¿Hay mucha diferencia entre la Semana Santa cristiana y el Ashura de los chiíes? Yo hace unas tres décadas veía en mi ciudad cristiana decenas de personas cargadas con grandes cruces de madera, descalzas y con cadenas atadas en los pies, recorriendo kilómetros en una procesión; o hace menos de una década a cientos de personas con las manos llenas de sangre por tocar el tambor durante horas en una ceremonia de ruido y orden casi turístico.

Mahoma recibe los primeros mensajes divinos sobre al año 610, y como no se sabe el año exacto de su nacimiento, se supone que tenía una edad que ya superaba los 40 años cuando empezó a recibir la indicación de que era un Profeta elegido para transmitir la nueva religión. 

Comentábamos que Mahoma estaba en unos retiros espirituales cuando escuchó la voz del Arcángel San Gabriel que le comunicaba que había sido elegido Profeta. Una aparición de un enviado divino muy similar a las que se repiten en toda la religión cristiana antigua.

Durante 10-12 años estuvo empezando lentamente a trasmitir sus mensajes a los más allegados, a sus vecinos y amigos y eran estos los que lentamente iban extendiendo la nueva palabra de Dios. 

Mientras tanto Mahoma se iba transformando en sus mensajes desde Predicador —de una nueva visión de la religión— a Profeta, mientras le iban creciendo problemas políticos, por lo que tuvo que escapar a Medina en donde encontró acomodo y en donde cambio algunos conceptos para que no fuera criticado por las fuerzas políticas del momento, mientras se preparaban los nuevos islamistas a extender la religión a la vez que se armaban, sabedores de que solo con una Guerra Santa (Yihad) conseguirían hacer vencer sus ideas sobre las otras ideas conservadoras que imperaban, lanzando ya en el 627 grandes batallas como la del Foso, que ganaron con una importante victoria.

Había que extender las nuevas ideas por más territorio, con guerras o sin ellas. Persia, Chipre, Armenia, Rodas, Palestina, Egipto, Norte de África, España, Galia, Turquía, Irak iban abrazando el Islam a través de desórdenes que ellos mismos llaman “fitna” y que servía también para asentar la división el propio islamismo que se produjo tras la muerte de Mahoma, entre los suní (hoy mayoritarios) y los chií.