3.10.25

En recuerdo del profesor Luis Miravitlles


En el año 1969 el profesor Luis Miravitlles que para casi todos vosotros no es nadie conocido, pero para los setentones es el recuerdo de un gran divulgador televisivo de aquellos años, dejaba escrito unas frases curiosas.

"Nuestros representantes del año 2000 harían bien en dirigir su mirada al mundo que nos rodea aquí en la Tierra, y tratar de aprender del humilde insecto, del simpático delfín o del antiestético murciélago en un intento de dotarse de sus poderes misteriosos para comunicarse".

Esta semana hemos visto el que se cree "Dueño" del mundo lanzar a sus 800 máximos generales militares llevados en personas para ser reunidos en una arenga, en donde además de decirles que están gordos les ha animado a defenderse contra su enemigo interior, tras haber insultado a todo el mundo mundial.

Es decir, 56 años después de escribir el libro "Visado para el futuro" seguimos apelando a la fuerza física, a los militares que no deben ser reconocidos como el mejor ejército del mundo, sino como el más sanguinario, y con ganas de hacer "su" Justicia. Y les ha llamado a usar “ciudades de EEUU como campo de entrenamiento”.

Esta es la realidad de estos años, no de este siglo pues 100 años dan para mucho. Incluso una década da para mucho. Pero entre esas acciones torpes y violentas, y los crecimientos en parte de Europa de los mensajes políticos de extrema derecha, uno tiende a esconderse, para no sufrir antes de hora. Mal hecho, lo sé.

Aquel divulgador catalán, el profesor Luis Miravitlles nos hablaba en su libro de una cosa similar al actual internet, a un proceso similar a la Wikipedia, y se frenaba ante problemas lógicos entonces, como era la de la velocidad de acceso, y el tremendo tamaño que podría tener un archivo con todos los conocimientos del mundo reunidos en un solo lugar. 

Acertaba en la necesidad, en lo que se debía hacer, pero el ser humano que no es violento, ha sabido resolver los problema que por entonces parecían imposibles. Seguramente en diez años nos reiremos de las tonterías de Donald Trump. O no.

Volví a mi lugar de nacimiento, donde no quise morirme


Hoy he vuelto al lugar físico en donde nací. Mejor dicho, al lugar donde volví a nacer, pues en dos ocasiones y según me cuentan, fueron llamados mis padres para que fueran al hospital pues me estaba muriendo.

He ido a dejar unos dípticos informativos a las zonas de gestión del Hospital, por una asociación para la que colaboro, y ya al atravesar la puerta del Hospital Infantil de mi ciudad, el corazón me ha dado un vuelco.

He pisado la UCI de neonatos del Hospital materno-infantil de Zaragoza, y ha sido una experiencia llena de emociones. Ya no estará igual, además de no recordar yo nada de aquello, pero me imaginé allí y… ¡¡Uff!!

He imaginado por un instante a mis padres entrando por una puerta similar a esa, hace ya 44 años. Yendo a verme, a darme el biberón, sin hacer piel con piel pues entonces eso no existía, esperando una noticia positiva, mirando a su primera hija.

Mientras esperaba a ser atendida en mi visita, he observado un tablón de corcho con mensajes de familiares que han pasado por allí, hermanos/as, progenitores agradeciendo la labor de profesionales, dibujos…, vida de agradecimientos. 

Cuando me ha atendido una de las profesionales, le he explicado el trabajo de mi asociación, y he aprovechado para agradecerle su labor y la su equipo de médicos, pues personas así, me salvaron la vida hace 4 décadas. Casi todos ya estará más que jubilados, pero el espíritu sigue.

Su abrazo al saber que yo estuve ahí, ha sido reconfortante. Ellos también se alegran de saber que logramos salir de las penurias y construirnos un mundo nuestro.

Como es lógico los médicos y enfermeras de 1981 ya están jubilados, pero yo, por un instante he sentido que estaba en manos de alguien que te va a cuidar en tus primeras horas de vida, cuando algo se tuerce. 

Y eso es, sin duda, hacer algo grande con algo tan, tan pequeño, como un bebé prematuro que no sabía respirar.

Laura Puente Ajovín