Mientras se hacían trampas con el TeleVoto de Eurovisión para que Israel ganará en Europa, presuntamente desde personas israelitas que votaban con dinero público en decenas de ocasiones desde varios países, se mataban a otros 100 civiles palestino en la Franja de Gaza en un juego macabro que Europa no quiere ver, ni sabe evitar.
19.5.25
Hablar de Eurovisión es callar sobre Palestina
Mientras se hacían trampas con el TeleVoto de Eurovisión para que Israel ganará en Europa, presuntamente desde personas israelitas que votaban con dinero público en decenas de ocasiones desde varios países, se mataban a otros 100 civiles palestino en la Franja de Gaza en un juego macabro que Europa no quiere ver, ni sabe evitar.
Portugal y Rumania nos enseñan el futuro
Desde la izquierda (sobre la que queda) sabemos bien el motivo, y no: no lo queremos decir ni queremos cambiar. Somos así de chulos.
La Historia son ciclos repetitivos, y ahora toca la debacle del progresismo, y una división de la gestión entre la Derecha de siempre y la Nueva Derecha a la que no quiero poner adjetivos, que los tiene pero me los callo.
Lo de Portugal con la caída del Partido Socialista que casi se pierde, en una tercera posición tremenda con la sombra de la Nueva Derecha a 50.000 votos, es de premio al dicho viejuno de "cuando las Barbas de tu vecino…". No podemos decir que no lo vimos venir,
Lo de Rumania tiene otro empaque. No ha ganado el líder de la Nueva Derecha, esa que pretende salirse de Europa y derogar todo lo que no sea acercarse a Rusia, pero hay que visitar Rumanía para entender lo que en realidad supone ese crecimiento desmesurado de la Nueva Derecha en un país tan complejo y todavía con tanta desigualdad y pobreza disimulada.
Vinicio del Toro decía que no sabe bien qué está cambiando de forma brutal, pero sí que estamos en un final de Ciclo imparable. Creo que tiene razón, no sabemos que llegará, pero todo parece indicar que algo está en marcha y muy avanzado, y que cambiará los modos y la formas.
Siempre sucede lo que queremos que suceda, nada es casualidad aunque sea provocado y no siempre bien controlado.
18.5.25
Masacre de Sabra y Shatila. Violencia tapa violencia
Todavía en los recuerdos de los viejos europeos nos suena la llamada "Masacre de Sabra y Shatila" acontecida en el año 1982 en dos barrios de Beirut en donde se mataron a un número indeterminado de refugiados palestinos por la Falange Cristiana del Líbano apoyados por Israel.
Esos territorios, el pueblo palestino, vive entre morir y matar. Y Europa mira con asco a veces, indiferencia la mayoría de ellas, sin saber qué hacer para que estas cosas no sucedan.
No se sabe cuantos civiles fueron masacrados, las cifras nunca se supieron y se mueven entre las estimaciones más bajas que hablan de alrededor de 700 a 800 o 1.200 víctimas civiles palestinas, mientras otras fuentes y estimaciones, basándose en la documentación y el número de cuerpos encontrados y desaparecidos, sitúan la cifra entre 2.000 y 3.500 personas, o incluso hasta 4.000 y 4.500.
España y los votos de Eurovisión ¡¡Uff!!
Que en España el TeleVoto en Eurovisión le otorgue los 12 puntos máximos a Israel con la que está cayendo, es un claro ejemplo de manipulación física y mental. La manipulación es un ejercicio maravillosamente bien repartido, puede afectar a todos los lugares.
Ayer me ofrecían una pasta de marca a un precio más barato que hace unos días. ¡¡Había bajado de precio!! Mentira, había bajado de peso, ya no era medio kilo el paquete, eran 400 gramos.
Que el voto desde España, gastándose un dinero en llamar, premie a Israel en Eurovisión es de premio a la estulticia de lo consentido.
Tras casi 60.000 muertos en Palestina y con todo lo que estamos viendo, es un drama que se le permita como país participar en un acto cultural europeo, es una vergüenza que se prohiba a TVE opinar en sus propios espacios que se dan en la televisión para España y no se le deje hacer comentarios y se le obligue a estar callada.
Pero que los que en teoría parecen los ciudadanos españoles votando se premie a Israel es la manipulación soterrada más tremenda. Todos callados.




