6.11.25

Contra la Violencia y el Acoso Escolar

Hoy hablamos de la violencia y el acoso escolar, no tanto por ser el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, como para recordarnos que es un serio problema del que hablamos bastante pero no somos capaces de rebajar sus afecciones. Un tema muy serio que cada vez deja más afectados, y en algunos casos, llegando incluso a quitarse la vida.

Vergüenza debería darle al sistema educativo y con ellos a todos nosotros, permitir que esto vaya a más y no seamos capaces de encontrar respuestas de apoyo y de supresión. Veamos cifras.

En Aragón, se han activado 89 protocolos de acoso escolar y 197 por ideación suicida en solo dos meses de este 2025; en España, el 12,3 % de los alumnos afirma sufrir acoso escolar o ciberbullying. Son cifras brutales.

Sigamos hablando de cifras en Aragón durante este curso 2025. Ya se han abierto 89 protocolos de acoso escolar, activados en menos de dos meses desde el inicio del curso. 

Llevamos 197 expedientes por ideación suicida relacionados con situaciones de bullying, y más de 300 activaciones del protocolo de acoso escolar en lo que va de curso, aunque la tendencia es ligeramente descendente respecto a años anteriores. Solo ligeramente.

En total hablamos de un 6,2 % de los alumnos aragoneses que afirman haber sufrido acoso escolar, y un 10 % en redes sociales. De estas personas, hablamos de un 20 % de las víctimas que reconocen haber intentado quitarse la vida alguna vez.

Vayamos ahora a ver cifras en España durante este 2025.

Un 12,3 % de los estudiantes afirman que ellos o algún compañero sufren acoso escolar o ciberbullying. Esto supone un aumento respecto al 9,4 % del año anterior, según el informe de Fundación ANAR y Mutua Madrileña. Y hay un 14,2 % de los casos por ciberacoso que ya involucran el uso de inteligencia artificial para hostigar. Y se afirma que son uno de cada 10 estudiantes sufre bullying de forma directa.

Estas cifras reflejan una realidad alarmante, en Aragón y en España, donde el impacto emocional del acoso escolar está generando un aumento preocupante en los casos de ideación suicida en casi niños y en jóvenes. Las cifras hablan por sí solas. Pero voy a decir algo más aparte de mostrar números.

Las personas que ya en los años 90 sufríamos este tipo de acoso, ahora tendemos a relacionarnos más levemente que los demás con nuestra sociedad, tendemos a aislamos y en caso de tener amistades nos cuesta mucho confiar en la gente. Y entre nosotras hay muchas personas que están en tratamiento psicológico o psiquiátrico por las heridas de aquellos años.

En aquellos años también insultaban, también se reían de los compañeros por su forma de vestir, por su tono de voz, o por ser el/la más débil.

A las familias se les dice que la persona acosada a veces induce a que los hechos le sucedan. Algo que me cuesta entender cuando fui la niña con la que nadie se sentaba con ella, la que no tenía casi amigos, a la que seguían a casa entre insultos. Por suerte entonces, no había vídeos colgados en redes, pero si pintadas por las paredes o carteles en los tablones de anuncios sin que la comunidad educativa hiciera nada. Tanta culpa tiene quien acosa, como quien lo sabe y no hace nada por arreglarlo.

LPA

Factores que explican la soledad no deseada

Tras escribir algo muy general sobre la soledad no deseada en la anterior entrada, voy a referirme un poco sobre las diferencias en la prevalencia de la soledad no deseada entre países europeos, que se explican por una combinación de factores culturales, socioeconómicos, demográficos y estructurales.

Factores socioculturales y familiares

En los países nórdicos y centroeuropeos (como Dinamarca, Suiza y Austria principalmente) existen redes de apoyo público y privado muy sólidas y una mayor participación de muchos de sus habitantes en actividades comunitarias, lo que reduce la soledad personal. 

Hay que intentar crear y alimentar redes de apoyo en las comunidades, barrios, asociaciones, que palien de alguna manera esa soledad. ​Muchas veces una simple llamada telefónica, un minuto de charla en la calle cuando te cruzas con un vecino, sirven para ayudar a paliar la soledad y a dar seguridad pasiva. 

Los comercios de barrio también deben hacer una labor de apoyo pasivo en seguridad básica, y tener mecanismos de advertencia a la Red de Apoyo del barrio, para advertir si han observado cambios importantes en algunas personas. NO SE TRATA DE VIGILAR, sino de comportamiento humanos, de un humanismo muy básico.

En el Sur y Este de Europa (por ejemplo, España, Grecia, Bulgaria, ciertas partes de Rumanía o Italia), la soledad es mayor y suele relacionarse con la fragmentación de las estructuras familiares, con el envejecimiento y con la menor oferta de servicios de apoyo.​ 

Hay factores en el cambio cultural y social de la España de las últimas décadas, que nos han llevado a esa soledad en las generaciones nacidas a partir de los años 50 del siglo XX

Soledad es simplemente no tener con quien hablar. Algo básico entre las necesidades de las personas.

El individualismo cultural y la mayor movilidad residencial en algunos países, incrementan el riesgo de soledad, al debilitar la convivencia intergeneracional y lazos familiares.​ 

La peor relación con los vecinos y con el tejido social de tu entorno, el encerramiento en las viviendas por la llegada de múltiples entretenimientos pasivos, hace que las personas dejen de relacionarse con otras personas.

Factores económicos y desigualdad

En países con mayor desigualdad de ingresos, como algunos del Sur y Este de Europa, los niveles de soledad son más altos por la falta de ayuda y por no tener recursos para poder buscar soluciones de apoyo, que muchas veces no pueden pagar, sean de variado tipo y no solo presencial.​ 

El desempleo, la inseguridad laboral y el bajo nivel socioeconómico aumentan la probabilidad de sentirse solo, especialmente en grupos vulnerables.


Factores demográficos y salud


El envejecimiento poblacional es uno de los principales factores, ese edadismo que a veces tanto comentamos pero al que no le sabemos poner siempre una influencia negativa en la calidad de vida social. La soledad aumenta claramente con la edad y es más severo el problema cuanto mayor es la esperanza de vida sin tener compañía o en situaciones de dependencia.​ 

Las personas que viven solas, sin pareja o sin hijos cercanos, en grandes comunidades de vecinos o en localidades sin casi habitantes y todos de similar edad muestran tasas mucho mayores de soledad, especialmente en países del Sur.

Variables de salud mental y participación

La mala salud física o mental está fuertemente asociada a la soledad; en algunos contextos, hasta la mitad de las personas mayores con enfermedades crónicas o con discapacidades aunque sean leves, refieren sentirse solas de manera frecuente.​ La menor implicación social y comunitaria agrava el aislamiento, especialmente en regiones rurales muy pequeñas o con menor densidad de servicios sociales y culturales.

Síntesis comparativa

En suma, la menor soledad observada en los países nórdicos se vincula a redes sociales robustas incluso de apoyo voluntario, una igualdad socioeconómica mayor, un acceso universal a servicios y políticas públicas inclusivas.  

Mientras que en el Sur y Este de Europa, el envejecimiento, las desigualdades y el deterioro de las estructuras familiares, explican tasas superiores de soledad no deseada. Al perder gran parte de esas estructuras familiares por muy diversos motivos, tanto los adolescentes como las personas mayores sufren la soledad casi en silencio.

…continuará…

Julio Puente

Qué grado de soledad no deseada hay en España?


Según los últimos estudios hechos en España, en la actualidad, la soledad no deseada en nuestro país afecta alrededor del 20% de la población adulta, lo que equivale a uno de cada cinco residentes mayores de 18 años. Es un dato muy preocupante.

Este porcentaje se eleva en determinados grupos, como entre los jóvenes de 18 a 24 años (34,6%) y las mujeres (21,8%, frente al 18% de los hombres. Además, dos de cada tres personas que sufren soledad no deseada llevan más de dos años en esa situación.​Soledad no deseada en España

Afecta como hemos comentado al 20% de los adultos y sube a casi el 35% entre los jóvenes.​ Entre personas mayores de 75 años, la prevalencia alcanza el 20%; en el grupo de 55 a 59 años llega al 23,8%. La soledad prolongada es especialmente frecuente en personas con discapacidad (más del 40%).

Los factores de riesgo que logran aumentar esta problemática social y que afecta a la salud en general pero sobre todo a la salud mental, incluyen el aislamiento rural, la discapacidad, el bajo nivel de ingresos, periodos de desempleo y la escasa participación comunitaria.

En Europa, según datos recientes de la Comisión Europea y la encuesta EU-LS 2022, el 13% de la población declara sentirse sola con frecuencia o casi siempre, mientras que más de un tercio reconoce experimentar la soledad al menos ocasionalmente.


Por tanto, la soledad no deseada en España se sitúa notablemente por encima de la media europea (20% frente al 13%):

La prevalencia de esa soledad no deseada es inferior en algunos países del norte y centro de Europa, donde las redes familiares y comunitarias son más robustas.​ en cambio y con datos similares a los españoles, en países como Chipre y Grecia se reportan tasas superiores entre mayores, pero la media para la UE sigue siendo más baja que la española.

La soledad no deseada es un reto creciente en toda la Unión Europea, con impacto especial en jóvenes, mayores y personas vulnerables, aunque España presenta un problema más agudo que la media comunitaria.

España muestra uno de los niveles más altos de soledad no deseada en Europa, especialmente entre mujeres, jóvenes y personas mayores o con discapacidad, superando la media europea tanto en frecuencia como en duración del fenómeno. La comparativa internacional destaca la urgencia de políticas públicas específicas para combatir esta problemática social creciente en el contexto nacional.

Las diferencias en la prevalencia de la soledad no deseada entre países europeos se explican por una combinación de factores culturales, socioeconómicos, demográficos y estructurales.

En los países nórdicos y centroeuropeos (como Dinamarca, Suiza y Austria) existen redes de apoyo público más sólidas y una mayor participación en actividades comunitarias, lo que reduce la soledad.

En el sur y este de Europa (por ejemplo, España, Grecia, Bulgaria), la soledad es mayor, y suele relacionarse con la fragmentación de las estructuras familiares, el envejecimiento y la menor oferta de servicios públicos de apoyo.

El individualismo cultural y la mayor movilidad residencial en algunos países incrementan el riesgo de soledad, al debilitar la convivencia intergeneracional y lazos familiares.

En países con mayor desigualdad de ingresos, como algunos del Sur y Este de Europa, los niveles de soledad son más altos.

El desempleo, la inseguridad laboral y el bajo nivel socioeconómico aumentan la probabilidad de sentirse solo, especialmente en grupos vulnerables.

El envejecimiento poblacional es uno de los principales factores de problemas en salud mental. La soledad aumenta claramente con la edad y es más severa cuanto mayor es la esperanza de vida, afrontada sin compañía o en situaciones de dependencia.​ Las personas que viven solas, sin pareja o sin hijos, muestran tasas mucho mayores de soledad, especialmente en países del Sur.

La mala salud física o mental está fuertemente asociada a la soledad; en algunos contextos, hasta la mitad de las personas mayores con enfermedades crónicas o discapacidades, refieren sentirse solas de manera frecuente.

La menor implicación social y comunitaria agrava el aislamiento, especialmente en regiones rurales o con menor densidad de servicios sociales y culturales.

La menor soledad observada en los países nórdicos se vincula a redes sociales robustas, igualdad socioeconómica, acceso universal a servicios y políticas públicas inclusivas.

Mientras que los datos negativos en países del Sur y Este de Europa parecen deberse al envejecimiento sin redes de apoyo, las desigualdades económicas y el deterioro de las estructuras familiares, que explican tasas superiores de soledad no deseada.

…continuará…

Julio Puente.

3.11.25

Carlos Mazón dice que ya no puede más. Pobrete


En la política española no ganamos para esperpentos. El teatro del esperpento es un género teatral creado por Ramón del Valle-Inclán, que deforma la realidad de manera sistemática para presentarla de forma grotesca, satírica y crítica con los demás, que suelen ser todos los contrarios. Y ese teatro del esperpento lo practican todos a los que les ponen un micrófono y se sienten con Poder.

Se caracteriza por acentuar los rasgos más absurdos y dolorosos de personajes y situaciones, utilizando para ello técnicas como la exageración, la parodia, las medias verdades e incluso las mentiras. Esta estética deformada, busca revelar "su verdadera" esencia de la España del momento. La propia. La contraria totalmente, a la de los que considera sus enemigos. Y para eso llega a creer que todo vale.

Hoy lunes con la Dimisión de Carlos Mazón, un cantante famoso, hemos asistido y gratis a otra obra teatral en directo y para todos los que hemos querido asistir en directo a la representación. Convertir la política en escenarios teatrales tiene un precio que no se paga al sentarte en el sillón junto a la tele, sino unos meses o años después de la actuación que observas.

Vamos mal. O mejor dicho. Vamos a peor. 

Nadie sabe que el Sentido Común es un bálsamo, y que no utilizarlo lleva asignado un precio terrible, costosísimo, aunque no lo quiera ver nadie. Llueven chuzos de mierda, nadie los quiere evitar, nadie sabe pararlos, nadie sabe cambiar de pantalla. 

A la semana tenemos al menos de entre tres a cinco opciones basura para poder criticar duramente unos contra otros. No hay manera de parar este drama social, que no somos capaces de valorar. Bien, no pasa nada, nos entretendremos observando, pues nadie quiere escuchar a los de en medio.

Somos los tibios, los acojonados, veleta o equidistantes, centristas de salón, ni chicha ni limoná, sin principios, acomplejados, irrelevantes, cobardes, imbéciles, blandos, sin valor, ambiguos…, y en el mejor de los casos indecisos.

Bien, vayamos pues a jodernos entre todos. Da la sensación de que no podemos ser más que Rojos y Fascistas. Todos los demás debemos ser lo anteriormente comentado, pero no como adjetivos para ejegir, sino todos a la vez. Je je je. Seguiremos observando.