5.12.08

La trampa de la liquidez. Crisis y deflación como muy mala solución.

Siguiendo la senda de la deflación, voy a explicar un poco uno de los peores males que pueden ocurrir en una crisis, la trampa de la liquidez.

La trampa de la liquidez es el ejemplo claro de cómo la deflación y unas políticas monetarias demasiado alocadas pueden pasar factura a corto y largo plazo.
Para explicarlo, primero hay que entender como funciona la política monetaria (lo que hace el banco central) para mejorar la economía, y la verdad es que básicamente es muy simple, bajar el tipo de interés.
Bajando los tipos mejoran la facilidad de crédito y la facilidad de reactivar la actividad económica.
Ahora bien, los tipos de interés que nosotros vemos en las noticias son los tipos de interés nominales, y los que interesan en la economía son los reales. Ahora mismo pondré un ejemplo, pero simplemente hay que saber que el tipo real es el nominal descontando la inflación.

Por ejemplo, imaginen que el tipo de interés es del 5%, y la inflación es también del 5%.
Yo voy al banco y pido 100 euros de crédito, y en 1 mes (pongamos por caso), debería devolver 105 euros (100 euros de crédito, más 5 por intereses). Ahora bien, con esos 100 euros que yo pedí me he comprado unos bienes, y como la inflación es también del 5%, esos bienes valen ahora 105 euros, exactamente lo mismo que tengo que devolver.
El tipo de interés real por tanto, es 0. Es el 5% de interés nominal, menos el 5% de inflación.

En este punto, no está ocurriendo nada, ya que es un caso totalmente ideal. Pero ahora, en vez de inflación, introduzcamos la deflación.
Imaginemos que en este caso el tipo de interés es del 2%, y la deflación del 3%.
De nuevo, al pedir un prestamo de 100 euros, al mes siguiente debería 102 euros.
Con esos 100 euros yo habría comprado bienes que al cabo de ese mes valdrían 97 euros (la deflación devalúa los bienes que yo compro). Así que en realidad tras la acción de pedir el prestamo y comprar bienes he perdido 5 euros, el 5%.
El tipo de interés real es por tanto del 2% del interes nominal, más el 3% de la deflacción, del 5%. (La inflación hace el tipo real más pequeño, la deflación, lo hace más grande).
¿Quién va a querer pedir prestamos entonces? La economía se recrudece. Si ya estábamos en recesión (lo cual explicaría la deflación), la actividad económica bajaría, y aumentaría aun más la deflación, y aumentaría aun más el tipo de interés real, y entonces aun menos nos querríamos endeudar. Un ciclo que nos hundiría rápidamente.

Ante eso, lo único que puede hacer el banco central es, de nuevo, bajar los tipos nominales, pero, Aja!, ¿Y si ya están muy bajos?, ¿hasta cuando podrían seguir bajando los tipos? Es físicamente imposible que el banco central los baje por debajo del 0%, es un limite. Un limite que la deflación no tiene. En ese caso cualquier cosa que hiciera la política monetaria no tendría casi ningún efecto.

Es por eso que las políticas monetarias deben ir con mucho ojo, no pueden pasarse en su actuación ya que puede encontrarse con problemas serios. No pueden bajar a lo loco.

Como anexo, para el que crea que eso no puede pasar, que eche un vistazo a Japón, gran parte de su problema económico proviene de este hecho.

Saludos.