24.12.08

La Torre de Babel de cada uno de nosotros

Todos llevamos dentro una pequeña o gran Torre de Babel que nos impide entendernos con los que nos rodean.
Una coraza que nos impide entendernos bien, que nos deja desprotegidos para poder amar con más fuerza, con más ganas, con sensibilidad y sencillez.

No caminamos en la búsqueda de la sencillez, nos enredamos en pequeñas diatribas y peleas absurdas que nos enmarañan.
En vez de subir mirando al frente, sabiendo que al final está la meta y el premio, subimos mirando a los lados pensando en los vientos, en los arbustos que molestan o no, en las piedras pequeñas del camino.

Si subimos con el ánimo abierto, encontraremos aire para llegar, no nos cansaremos en el viaje, nos sentiremos a gusto con nosotros.
No debemos mirar los malos colores, los aires sucios, las piedras torpes, estarán, pero no nos deben importar.

Hoy seguiré queriendo como el primer día a los que me rodean. Seguiré recordando a los que no están.