5.2.11

La necesidad de los políticos en un país que ya odia a sus políticos

Hoy he tenido un día de formación política porque en los partidos también se nos enseña a ser. Resulta curioso ¿verdad?, sí, nosotros también lo percibimos. La clase política está muy mal vista, tremendamente mal vista diría yo. El chiste fácil sería ¿te han enseñado a robar sin dejar pistas?
Pero lo cierto es que sin políticos el país no funcionaría. El anarquismo puro nunca ha existido y no tiene sentido. Y en democracia no debemos caer en el funcionariado político,
en dejar en manos de funcionarios los asuntos que nos afectan. Un político es quien consigue que funcione la recogida de basuras, la policía, las leyes según los momentos. Aunque sé que gran parte de las críticas son ciertas y asumibles pues en los últimos años la calase política está dejando mucho que desear en España. Sobre todo porque no se sabe explicar lo que se hace y por que unos atacan a los otros para conseguir votos. Si, lo sé, no me olvido, porque también hay algunos políticos que roban, que aunque sean muy pocos como se refriegan entre todos por los morros del contrario, los ruidos son tremendos.
Los partidos políticos grandes, en todos los países en donde se han enquistado en el poder, se han convertido en máquinas de repartir puestos con mejor o peor orden. Y en no dejar que los militantes de base puedan aspirar al ascenso por méritos. No hay revitalización y eso es un gran problema que todavía no sabemos bien hasta donde nos puede llevar. Pero que no nos quepa duda a todos, también a los dirigentes que hacen de tapón, que sin políticos estaríamos mucho peor. Depende de nosotros, de todos nosotros.