5.2.11

Los parados mayores de 50 años, tenemos que tener soluciones a nuestros problemas

Yo tuve un blog antes que ese, si lo reconozco, mecachis, y la entrada que más visitas tiene y que más comentarios ha suscitado, es sobre el tema de los parados mayores de 50 años.
Es un drama nuevo al que no le estamos prestado la atención debida. Una persona que tras trabajar desde los 14 años, que era cuando se empezaba en los años 60 y 70, se encuentra (nos encontramos) ahora en el desempleo con 50 ó 55 años, se le hunde
la vida. Son los años que además se tendrán en cuenta para su jubilación. No tiene una formación suficiente para estos momentos de tanta competencia, no será nada fácil encontrar un nuevo empleo, pero en cambio estos años juegan en su contra. ¿Qué soluciones tiene?, pues pocas y todas malas. Debe intentar que los años no sean una paseada carga, debe procurar prepararse para el cambio laboral y no caer en la depresión, buscar el cambio incluso según los años que tenga, sabiendo que va a cobrar menos dinero que antes y que va a trabajar en peores condiciones. Puede cabrearse, que es lo lógico, y rebelarse contra el sistema pero esto no resuelve el problema.
Hay que prepararse ente las nuevas realidades, analizar cómo nos afecta para la jubilación esta nueva situación, no añorar el pasado y asumir lo inevitable; ser tan maduros y capaces como seamos posibles, pues la experiencia es un valor importante aunque ahora no se valore, y confiar en nosotros mismos y en nuestras amistades. Lo último es hundirse aunque sepamos que es lo más sencillo. Es importante que a esta edad, con más de 50 años, las deudas nos respeten y que ya no tengamos encima la espada de las hipotecas. Sí que nos queda la asignatura de los hijos, pendientes también de que puedan encontrar un empleo. Hay que consultar y analizar las ayudas a mayores de 52 años, ver si interesa cotizar si se puede, de forma voluntaria y con un acuerdo con la Seguridad Social estos años en vacío. Las cosas están cambiando y todo hay que estudiarlo con calma. Y asumir que será complicado encontrar un nuevo empleo. Lo complicado será que lo asuma también nuestra familia, pues no siempre pensarán que es casi imposible encontrar un nuevo trabajo, pero saberlo hacer ver, comentarlo con calma pero con sentimientos claros, es fundamental. Tras nuestra vida laboral congelada está nuestra vida personal y las ganas de salir de este abuso y esta sensación de inutilidad.