No parece muy democrático vencer a tus enemigos electorales fuera de las urnas y con tácticas de mal jugador de ajedrez. Y digo malo, porque en el juego entre caballeros se empieza con las mismas armas y tras mover uno se deja que mueva el otro. Y está prohibido emplear la mano para mover el tablero. Cuando “el todo vale” se instala en la mesa de juego, puede ser que “el todo vale” se vuelva contra el listo.
El bipartidismo es algo que en España se adora y se quiere mantener por encima de TODO. Queramos lo que queremos los inocentes españoles de creencias democráticas, se nos quiere imponer un sistema americano del Norte.
Se pueden permitir unos partidos periféricos con poco poder pues con darles obras y financiación se les contenta. Pero partidos que sean capaces de sacar concejales en Soria o Badajoz ya es otra cosa. Se empieza por las zonas deprimidas y se conquista Madrid. O al revés.
Algunas prepotencias en algunas intervenciones ante los medios son claramente bananeras.