27.2.21

¿Existe la izquierda o ya se disolvió? ¿Hay que reinventar una izquierda del siglo XXI?

Necesitamos crear una nueva izquierda que entienda que el siglo XXI es muy distinto al XX y del que ya hemos consumido un 20% que no es poco. Pero al menos en España y gran parte de Europa, la izquierda sigue viviendo de sus historias viejunas incluso algunas del siglo XIX, con organizaciones débiles, que funcionan alrededor de un Príncipe que solo se puede derrocar y pocas veces cambiar por métodos participativos, con una afiliación tanto en partidos como en sindicatos que produce preocupación.

Ni funcionan los métodos de reivindicación, de queja utilizando métodos antiguos, ni sirve querer vivir dentro de una sociedad que desea, necesita otras forma de actuar que sirvan de verdad, de interactuar entre las partes, sin violencia pero con claridad, respeto, participación, formación social, colaboración entre Grupos afines, y en donde sea posible aprender, enseñar, trabajar y empujar hacia nuevos futuros. ¿Sabemos bien y a quién le afecta la pobreza de todo tipo en el Siglo XXI? Pobreza laboral, económica, de derechos, de capacidad para emanciparse y alcanzar una vida propia.

No existe en la izquierda actual capacidad de reflexión, pero tampoco de una participación real fuera de unos núcleos muy cerrados y fijos, como tampoco existe capacidad para resolver, para incluso entender, o para trabajar en delegaciones que lleven temas específicos por su conocimiento. Y eso es de una enorme debilidad. ¿Cómo vamos a convencer a la sociedad de que somos capaces, si no les demostramos como poco que entendemos sus problemas, los conocemos tanto como ellos y sabemos los puntos débiles y fuertes del problema y las soluciones?

Ayer tenia una reunión con un colectivo sanitario. Venían de reunirse con varios partidos políticos diferentes y con algunos sindicatos. Sus dolorosas palabras producían tristeza, pena pero sobre todo demostraban una incapacidad que no podemos permitirnos como representantes de las gestiones públicas. Vengan de la ideología que vengan. La política nunca debe ser simplemente acción política partidista, pues entonces se nota y por eso mismo se descalifica. Como tampoco nunca se deba acudir a una reunión sin saber lo suficiente, sin tener los conocimientos de base y sociales, de lo que representa su problema. 

La sociedad no desea reunirse con Ministros, Consejeros, Concejales o Diputados que simplemente les escuchan y les pongan trabas a todo. Tampoco buscan a responsables que les sonrían y les digan amén jesús a todo para luego no hacer nada. Buscan representantes que conozcan los problemas y sus implicaciones, y que deseen tomarse los problemas como parte de su gestión desde también la sinceridad para decir SI o para decir NO. 

Y eso la izquierda lo ha perdido en las últimas décadas, por agotamiento, por cansancio, por haberse adaptado a un mecanismo de aparato o sistema que les sirve para anclarse en sus puestos de trabajo. 

La política NUNCA debe ser un puesto de trabajo, sino un puesto de servicio. 

Y hay que tener mucho cuidado con que eso se note en negativo, pues la desafección viene detrás, y eso siempre es aprovechado por los más conservadores del Sistema.