10.2.11

Los tablet están ocupando las carteras. ¿Tendrá enemigos capaces el iPad?

Hewlett Packard ha presentado la que será el tablet que a partir del verano de 2011 competirá con los iPad y todos los que poco a poco están saliendo al mercado buscando la competencia directa con Apple.
Lo tienen crudo pues lo de menos es el hierro o el aluminio, lo que vale es las tripas, el software de marca y las aplicaciones. Por eso el iPad triunfa. Pero HP tras la compra de Palm tiene una buena baza para presentar un buen producto pues la forma de trabajar de Palm era muy buena. Ahora hay que esperar para ver cómo ha evolucionado. Pero quedará lo más complicado, dotar a cada máquina de las posibilidades de compra de miles de aplicaciones a precio muy reducido como tienen Apple a través de su iTunes. Es su gran éxito, su tienda de aplicaciones.
LO que está ya más que claro y superado es que los tablet van a ocupar el espacio de los ordenadores pequeños en nuestras carteras, poco a poco y de forma rápida pues se están implantando en todos los sectores posibles, tanto como cónsola de juegos como lector de periódicos y revistas u ordenador para agenda o tomar apuntes además de las miles de posibilidades que le brindan sus aplicaciones, no siendo de las menores el poder ver películas, imágenes o programas de radio y televisión en el mismo aparato con el que hacemos videoconferencias o navegamos por Internet. ¿Se puede pedir más?, pues si.

La dedicación excesivamente plena en la política o en el trabajo es muy mala para la familia

Conozco varios políticos de pequeño nivel con serios problemas de relación familiar, pasa igual en profesiones en donde la atención debida es superior a la media, cuando no hay horarios fijos y claros, cuando la implicación tiene que ser muy alta e incontrolable en horarios y festivos.
La familia es también calidad de vida, es serenidad y calidad profesional. No se puede anteponer
el trabajo, sea del tipo que sea, a la pérdida de la familia. Y es todo cuestión de mesura y tiempo.
Tal malo es un exceso de trabajo —como efectivamente una falta del mismo, pero no vamos a hablar aquí de esto— como prolongar mucho en el tiempo este uso ilógico de la vida completa, abandonando la familia. Los que te rodean pueden entender unos años de pérdida si está justificada, pero necesitan tener como todo ser humano en todo proyecto, una meta clara de donde está el final, hacia donde queremos camina, que tipo de actividad vamos a realizar y por cuanto tiempo.
Lo peor es engañar aunque sea para no producir dolor. En estos proyectos que van a requerir de nosotros toda la atención y tiempo, debemos ser claros y a ser posible mantener muy informado a nuestra familia de los sacrificios que requerirá a todos la nueva situación. Y no saltarnos los plazos o las promesas. Hay que intentar buscar huecos, espacios propios, ganas de compartir, colaboración y compañía en aquellas actividades que lo permitan aunque sea en momentos puntuales.
Si tenemos que perder la familia, algo bastante común en estos tiempos, nunca nos lo perdonaremos pues habremos perdido gran parte de nuestra calidad de vida, posiblemente para nada pues por desgracia suele venir a la vez la pérdida del poder laboral con el de la familia. Todo se agosta a la vez.