7.2.17

Urbanismo de la pobreza más indigna en Zaragoza

Este urbanismo fue de España, una dura imagen de un suburbio de Zaragoza del año 1964. Media siglo ha pasado, poco más de 50 años es lo que diferencia a las ciudades españolas de otras ciudades del mundo más pobre. No es tanto. Hoy parece impensable que estas imágenes se vuelvan a producir en España, pero en falso. Siguen existiendo los asentamientos de pobreza extrema, por mucho que se intentan evitar. Asentamientos con las mismas realidades sociales, con idénticos problemas.

La inmigración de la pobreza es una realidad que (casi) siempre va unida en sus dos conceptos. Inmigración y pobreza. Y el inmigrante cuando tiene que huir de su propio territorio es por la condiciones de vida, intentando buscar zonas mejores. Y como nunca es aceptado (aunque a veces lo parezca) se agrupan entre ellos formando asentamientos, barrios pobres que se transforman en más pobres, junto a problemas de limpieza, sanidad, indignidad, inseguridad, desempleo.

Esta imagen es del fotógrafo aragonés José Antonio Duce, reflejando lo que fueron las famosas graveras del barrio de La Paz. Un espacio vacío, aledaño a un barrio de emigración rural hacia la capital. Durante años aquel asentamiento casi en su totalidad de personas de etnia gitana vivieron en condiciones indignas en un gueto al que casi no podía entrar ni la policía. La solución vino con el traslado de aquellas familia a otro asentamiento más digno dentro de la extrema pobreza y los concpeto equivocados del urbanismo válido. Y se creó el poblado de Quinta Julieta que simplemente trasladó los problemas un par de centenares de metros, hacia barracones prefabricados en vez de casetas de obra. Aquella solución también hubo que destruirla tras buscar la solución lógica de intentar poco a poco una integración, con la mediación y negociación con las familias más integradas.

Y surgieron unos edificios en un barrio de Zaragoza, donde se trasladaron estas familias a viviendas nuevas y de calidad, mezcladas con familias zaragozanas a las que se les facilitó una vivienda nueva. Incluso se acompañó el trabajo social de algunas familias voluntarias que se fueron a vivir a esas comunidades de vecinos, para desde dentro templar problemas.