20.5.18

El chalet de Irene y Pablo nos afecta a todos los españoles

El tema del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montoro (y al revés) es además de una torpeza global un detalle de donde estamos a nivel sociedad, crítica en exceso por haber soportado también en exceso los abusos de la clase política. Debería ser un mal menor, pues a Pablo e Irene no los debemos juzgar por el tamaño de sus bolsillos, sino por el de sus capacidad para aumentar el nuestro. Pero ser de izquierda nos condena a comer sardinas en vez de salmón, aunque no haya diferencias de precio.

Dejando claro que Irene y Pablo pueden comprarse con sus ingresos lo que les venga en gana, —faltaría más, pues si supiéramos en qué se gastan sus ingresos otros políticos igual nos daba en la nariz que es en peores productos— sí hay que aclarar algunos conceptos mal entendidos desde la izquierda.

En política los tiempos son MUY importantes. No es lo mismo el orden de los factores, para ser capaz de ofrecer credibilidad. Y aquí es donde encontramos el primer error de estrategia. El segundo error es de comunicación, pero es verdad que resulta casi imposible comunicar la compra del chalet sin levantar ampollas entre los que tienen ganas de joder y entre los que no llegan a fin de mes o están desempleados.

Pero los temas se complican más si no somos capaces de encontrar soluciones a los problemas. Pretender que sean las bases de Podemos las que aprueben o castiguen la compra del chalet de Irene y Pablo es como poco tramposo. ¿Por qué no se vota esta decisión, por separado entre Irene y Pablo? ¿O acaso es el mismo grado de torpeza ideológica en un caso personal que en el otro? Pablo lidera la ideología renovadora. Irene es una diputada.

Pero es que lo grave lo representa el que gane la opción que gane, quien sale perdiendo es Podemos. Si la final se opta por decirle a Irene y Pablo que se tienen que ir a su casa, mal queda una formación descabezada que ya soporta crisis de forma continuada. Pero si las bases de Podemos dicen que está bien gastarse 650.000 euros en un chalet nos encontramos a unas bases que se alejan de las necesidades reales de lo que dicen representar.

Por que para España lo importante no es lo que digan los inscritos en Podemos, sino lo que digan los ciudadanos en las urnas. Ese es el sondeo real y al que ir a mirar las entretelas.

Debemos entender que Irene y Pablo se compren con su dinero lo que les venga en gana, pero si eso afecta al conjunto de la izquierda y a sus posibilidades de alcanzar el poder para modificar España, resulta que el chalet de Pablo e Irene sí nos afecta a todos los españoles.