25.11.21

Incendio Hotel Corona de Aragón en Zaragoza ¿atentado?


Es maravillosa la capacidad que tienen algunas personas para olvidarse de lo que quieren, para intentar engañar, para ser portadores incluso de sus propias mentiras y silencios. Así no, por favor, o la Historia de la Transición nos la tendrán que escribir nuestros nietos.

Ayer en Zaragoza dijo el que fuera Ministro de Presidencia con la UCD durante los años 1977 y 1979, José Manuel Otero Novas, que el grave suceso del incendio del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza en el año 1979, y en el que fallecieron 83 personas y hubo unos 120 heridos se debería investigar ahora. La Guardia Civil siempre ha insistido que hubo más fallecidos.

Y dice además el que era Ministro de Presidencia hasta dos meses antes del suceso: "No gustó al Gobierno de la época, porque creaba unas complicaciones tremendas, no nos emocionaba saber que fuera un atentado. No tengo la prueba fehaciente, pero me inclino a pensar que sí".

No se quiso saber entonces sobre todo quién era el responsable de aquel suceso tan grave de Zaragoza, quién había sido el responsable de aquel incendio si no es cierto que fue la máquina churrera de los desayunos. Durante años la autoría de ETA se mantuvo como una verdad semioficial a pesar de que la banda lo negó siempre. ETA había hecho público unos días antes un comunicado en San Sebastián, mediante el cual informaba de «la suspensión temporal de actuaciones» y, tras el suceso o atentado de Zaragoza, desde Navarra descartaba cualquier intervención de ellos en el incendio del Hotel Corona de Aragón.

Entonces… ¿de quién se sospechaba que podría estar detrás del atentado que nunca nadie reivindicó, con la importancia que tenía por su gravedad y por el impacto que tuvo sobre el ejército y el Franquismo al estar dentro la familia que quedaba del Dictador? ¿Simplemente debemos pensar solo en ETA y que ellos nunca reivindicaron?

También se sospechó o se especuló con que detrás del incendio estuvieran elementos de la ultraderecha para caldear los ambientes militares ante la que ya consideraban algunos medios franquistas, incluido el diario El Alcazar junto a algunos militares implicados en el Golpe de Estado de casi dos años después, ante una la inestable situación política de la España democrática.

La vía judicial civil consideró que el desarrollo del incendio había sido acelerado por la presencia de ciertas sustancias incendiarias o explosivas, aunque sin averiguar quién habría colocado dichas sustancias. Procesos o herramientas terroristas que nunca había utilizado ETA hasta ese momento. La vía judicial penal no fue capaz de encontrar los indicios suficientes para dictaminar que el incendio fue intencionado, mucho menos (lógico) para determinar por parte de quién.

Lo máximo que se dijo en la sentencia por la vía civil fue: «Existió un elemento extraño o exógeno que bien pudo ser un pirogel de fácil composición, cómodo y disimulado transporte, rápida y discreta colocación por expertos y de accionado controlado, capaz de provocar altas temperaturas, entre los 1.000 y 1.200 grados».

En el año 1989 el Tribunal Supremo concluyó que hubo intencionalidad en el incendio, señalando que «no guarda relación la escasa entidad del incendio producido en la freiduría del hotel (...) con las catastróficas consecuencias que se originaron». Esta sentencia absolvió al hotel y a las aseguradoras para evitar el pago de indemnizaciones a las víctimas.


El Consejo de Estado en el año 2000 en un dictamen encargado por el Ministerio de Interior, concluyó que las víctimas de ese incendio debían recibir las ayudas previstas en la Ley 32/1999 de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo, debido a que, no siendo un acto terrorista, se podía acoger a la disposición que reconocía la ayuda a quienes sufrieran: «hechos perpetrados por persona o personas integradas en bandas o grupos armados o que actuaran con la finalidad de alterar gravemente la paz y seguridad ciudadanas».

Pero ahora alguien tan bien introducido en los ambientes políticos de aquellos meses como José Manuel Otero Novas nos dice que debemos investigarlo más de 42 años después. Jopetas. ¿Qué se calla?