12.8.25

Las posiciones Serbobosnia, Vasca, Palestina, Saharaui, Escocesa, Aragonesa, Corsa… Epílogo


En dosis rebajadas, vayan estas posiciones cercanas a la experiencia de que se extiendan los nuevos menús en Nueva York a 9 dólares la hamburguesa de 80 gramos y haya quien eso se lo trague y lo llame competencia.

Veamos. Cómo eludir el mensaje oficial, cómo no dejarse influenciar por la historia contada por los vencedores. Cómo dar voz a los opositores en Irán y no relacionarlos con los intereses saudíes y de la CIA. Cómo evitar pensar de dónde sacan los nuevos profetas el dinero para ser alternativa y terminar en una tertulia de Ferreras.

Debo matizar mis artículos sobre Bosnia. Un país que los serbios residentes en el mismo consideran un experimento premeditado. Un pedazo de imperio turco fue elevado a eyalato (más o menos, comunidad autónoma) apenas en 1830 para premiar la fidelización de la conversión a musulmana de una élite gobernante eslava, que se apropiaron de las mejores tierras, de la que procedió Alia Izetbegovic. Primer presidente musulmán de la Bosnia para esa causa refundada como federación y descendiente de los gobernantes turcos por generaciones asentados en Sarajevo.

Confiriéndole a la nueva Bosnia los valles de cuatro ríos cuando el reino medieval que aprovecharon para utilizar es escasamente el valle de uno y en aquellos entonces ni siquiera existía Sarajevo, florecida en el siglo XVI –no hay monumentos anteriores- sobre el valle de un pequeño río de clima muy saludable al que la administración otomana se trasladó desde Jajce por centralidad y que significa en turco “palacio”. Como el nombre bíblico Sarah es la princesa de la casa o palacio y el principal equipo de Estambul que juega con la cuatribarrada porta el nombre de palacio aragonés, mejor dicho catalán (es el del barrio de Gálata, catalán, y es el muy conocido club Galatasaray).

El resto de valles de la actual bosnia o eran enclaves del reino cristiano croata en su parte oeste (Bihac y valle del Vrbas) o fortalezas inexpugnables con poblados regidas por serbios en el valle del Drina y sureste.

Esta realidad geográfica e histórica se aprovecha por los turcos y administración austro-húngara para generar una provincia o estado, así lo piensan serbo-croatas, sin base histórica alguna, en tierras del primer cristianismo ortodoxo y que rigió el Imperio Bizantino. Descontad la faja de ciudades joya venecianas del collar de la costa adriática de Dalmacia que se extendieron hasta Grecia y Rodas. Todas ellas patrimonio de la Humanidad al contener réplicas de arquitectura palaciega costera e iglesias del gótico y renacimiento veneciano.

La consideración de que los musulmanes bosnios y albaneses gocen de estructuras democráticas constitucionales no cabe en la cabeza de los yugoslavos cristianos al entenderla una concesión innecesaria, lo demuestra la pacífica convivencia de los musulmanes montenegrinos con la población serbia en Podgorica. Les parece que la realidad de fondo es que el Estado bosnio legitima y reconoce la estructura de propiedad a favor de los bosnios pata negra –no son ellos- que la mantendrán o bien por las buenas o bien con los primos de Irán.

Así es muy raro ver en el palacio (Sarajevo) grupos haciendo visitas guiadas por agencia que no sean catarís, saudís, turcos, pakistanís o iranís. Y los serbios lo saben.

Como los castellanos saben que Bizkaia fue prácticamente un señorío de los López de Haro, los aragoneses que Catalunya no llegó a reino (aunque sí se confederó para opositar a Corona),y como media la común iglesia católica en las crisis “con España”, dicho por los medios de Madrid hasta los de Ayuso, han de acogerse a que lo que divide no es una religión o qué fe por convenencia –caso yugoslavo- sino una lengua y si se apura unas leyendas.

Ahora bien, a diferencia del no sistema marroquí, Europa en sus constituciones se ha dtoda de estados compuestos por ayuntamientos autónomos aunque tutelados que hacen prácticamente con su patrimonio lo que quieren y tratan de modo privilegiado a los señores vecinos votantes, pero resulta que en el siguiente salto se entra en el tipo de los delitos de rebelión o sedición.

Gobierne Vox o mande EH Bildu cuidar cada cantera (el problema de Jumilla no es la excelemte calidad de su vino aterciopelado sino quién sea español interpretado por una Alcaldesa) no está condenado sino premiado electoralmente y de allí la corrupción del menudeo por justificación de los beneficiarios, cada sociedad civil. Después, un poco de postureo de confesión y directos al siguiente e idéntico pecado.

Así nadie en su sano juicio debería no poder entender por qué los intereses catalanes, vascos o la revitalización de Aragón como nacionalidad histórica los tiene por qué votar un canario pero sí se entiende perfectamente, por razón de la situación humanitaria, que debe existir algún tipo de solidaridad europea, más allá del dinero en subvenciones que no llega para eso, al servicio de atender debidamente a la inmigración que no se tiene por qué comer sola como gestión la Isla del Hierro. Cuando, sin embargo, sí ven normal que si su pueblo tiene molinicos de aire con las perras que sobren se plantee pagar la universidad vía un patronato a los sucesores de los verdaderos españoles –que se escribirá en la Ordenanza que el acceso a la beca requiere 20 años de empadronamiento, a los que no llegarás según qué temas pongas en la mesa en la barra del bar-.

Si los españoles de bien, quitando cuatro que se hacen oír, defienden la vida del nasciturus pero se divorcian (o rotan en la Rota alegando que no han hecho jamássss el amor y no conocen a su marido de nada, cosa bastante cierta) y entonces sí buscan mediadores para repartirse el patrimonio, por qué no va a votar Euskadi para autodeterminarse, por qué retener a los serbobosnios en una federación que solo les aporta derechos formales pero no efectivos y los sume en la pobreza, por qué no reconocer por Francia que Córcega habla italiano…

Y luego estarán los españoles de Barcelona que no se quedarían a vivir en una Catalunya lliure ni siquiera europea, están los escoceses que quieren volver a ella espantados de que les llamen co-autores del Brexit (que se debió llamar Exingland solamente), estoy yo de familia tradicionalista y hoy independentista navarra pero que me quedo a vivir por amor en Zaragoza. Por qué hacerle la vida imposible a ningún individuo a título de individuo.

Que por ser saharaui conquistada no seas una marroquí de segunda en una cárcel, que por ser gazatí y antes del bombardeo tener tu panadería de baklavas no tengas que pasarlo peor que en Irán, que por decir en un bar de Goierri que las fuerzas de élite del gobierno español extinguen de maravilla los incendios en el Pirineo no te mire nadie como un apestado…

El mundo tendrá arreglo cuando a la maestra de Albacete de Izaba, como mejor en una bolsa de empleo, no se le aparte por no saber euskera si se compromete a aprenderlo en un valle en que hace dos generaciones en que se ha perdido.

Aragón no debería necesitar una dirección general de lenguas largas, ni tampoco en España debería ser noticia quién entra en una subasta para tener un toro de 300 metros que resulta que no va a pagar Tío Pepe ni siquiera.

Eso sí, constituciones e igualdad inmaterial tenemos todes. En el muy mínimo denominador común y, para todos los demás, con una élite económica musulmana de Sarajevo que hubiera huido antes de ser emboscada en Srebrenica, MasterCard.

Te administro la sharia mientras me tomo la segunda botella de rakía. Te confino en casa y yo, socialista o no, me abro un pub de Palma para que no cierre arruinado y meto a treinta colegas. Pagando con la visa del Mossad.

11.08 Luis iribarren

11.8.25

La IA en sus inicios históricos como idea


Entre las décadas que van de 1960 a 1970, ya surgió poco a poco el ambicioso objetivo de crear un archivo universal del conocimiento humano, un único espacio accesible y digital para aprender, investigar y compartir información a nivel mundial.

Imagínate la idea casi de locos, nacida hace más de medio siglo, como si fuera el sueño de reunir todo el saber en un solo lugar, al que cualquier persona pudiera conectarse desde su propio lugar de trabajo, o desde su hogar de estudio.

En los inicios, este concepto visionario estaba pensado solo para círculos restringidos; pensar en un acceso universal y libro parecía pura utopía.

Pero la necesidad de democratizar el conocimiento global—un anhelo profundamente actual—ya latía como proyecto embrionario en el corazón del progreso tecnológico y social.

El principal reto era inmenso. La magnitud colosal del contenido a almacenar de forma digital cuando comienza la informática parece imposible de lograr.

No se hablaba de una biblioteca convencional, sino de la preservación digital de millones de documentos y datos, con necesidades técnicas extremas de refrigeración, seguridad y espacio físico, para sistemas de archivo digital que parecían por su volumen ciencia ficción en aquellos años. 

Si analizamos los sistemas informáticos con los que presuntamente el ser humano llegó a la Luna en 1969, entenderemos que estos retos sonaran imposibles en aquel entonces.

Aun así, se iniciaron grandes proyectos de digitalización, recopilando libros antiguos y memorias históricas antes de la era de Internet.

El segundo gran desafío era el acceso multilingüe de aquel reto y la búsqueda de todo tipo de información que fuera necesario preservar.

La informática de los años 60 y 70 apenas permitía operaciones básicas y los sistemas de archivo de datos eran lentos y primitivos. 

Encontrar un dato concreto en un archivo global y gigantesco que tuviera todo el conocimiento del mundo en un solo espacio físico, podría llevar días, limitando el potencial de uso aquellos archivos digitales iniciales.

Al principio de los años 90, los primeros trabajos de retoque con imágenes digitales de un tamaño A4 requerían horas de procesamiento y posterior grabación en discos duros que nada tienen que ver con los actuales, una muestra de los obstáculos tecnológicos de entonces.

Todo cambió con la llegada de Internet, que revolucionó el acceso al conocimiento. El desarrollo de buscadores potentes y plataformas colaborativas (como Wikipedia) permitió superar muchas barreras técnicas: la indexación eficiente, el acceso distribuido y la participación colectiva impulsaron la evolución desde los archivos restringidos hacia una verdadera memoria colectiva digital mundial.

Sin embargo, surgió una nueva problemática: la explosión de información generada todos los días por blogs, foros y redes sociales en Internet. 

Existía el inicio de algo que se llamaba BBS que podríamos comparar con las actuales Redes Sociales, pero casi de cartón piedra.

El archivo universal se inundó de datos nuevos de forma constante, a menudo más relevantes que los almacenados en soportes analógicos tradicionales.

¿Debíamos abandonar la información antigua para no saturar los sistemas?

¿Desde qué momento histórico se decide —en aquellos inicios— qué merece ser digitalizado y conservado?

Hoy, esa etapa está plenamente superada. Con la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA), hemos cruzado hacia una nueva era: la construcción de una memoria global y personalizada. Ahora los sistemas de IA y algoritmos de búsqueda detectan nuestros intereses y preferencias, ofreciendo información relevante y descartando lo que no nos interesa.

En un futuro cercano, cada persona disfrutará de una IA totalmente personalizada, tan íntima como su propio móvil, capaz de adoptar nuestra propia memoria a través de rastros que iremos dejando, recordando lo que nos importe y “olvidando selectivamente” lo irrelevante. 

Actuará para nosotros, pensando en nosotros, a base de lo que ella creerá con poco margen de error que es lo que en cada momento necesitamos.

Estas tecnologías permiten ya gestionar la información global de manera selectiva y evolutiva, profundizando en nuestros gustos y necesidades, y abriendo el camino hacia asistentes digitales únicos y personalizados para cada usuario. Nos ofrecen las respuestas que esa IA cree que necesitamos, a través de las pistas personales que les vamos dejando.

La IA no solo será nuestra compañera digital; podrá actuar como asesora, profesora, acompañante en el entretenimiento y hasta como “persona amiga”, con memoria adaptativa y voz personalizada que evolucionará con nosotros, envejecerá como lo hagamos nosotros.

Este avance plantea desafíos éticos sobre la privacidad, el control de los recuerdos y los límites del “placer digital”, pero marca la transformación radical en la manera en que gestionamos y vivimos el conocimiento. 

¿Podremos tener amistad o más que amistad con elementos virtuales que nos acompañan todos los días, en los buenos o malos momento de nuestra vida?

¿Hasta dónde estamos dispuestos a integrar la inteligencia artificial y la memoria personalizada, en nuestras vidas cotidianas? 

La respuesta parecería lógica, y sería que efectivamente, no queremos esa compañía. Pero cuidado, tiene también sus partes positivas en un mundo cada vez más solitario, en donde las relaciones personales son pocas y pequeñas, en donde posiblemente sin darnos cuenta, vamos perdiendo el acceso al tacto, y ampliamos el acceso a la relación virtual.

El viaje desde el archivo universal del conocimiento hasta la IA personalizada… está redefiniendo nuestra relación con el saber y con nosotros mismos como personas, inaugurando una nueva era para la humanidad.