24.1.12

No se preocupe tanto en trabajar más, como en ganar más.

Es muy posible que no sepamos valorar bien lo que cuestan las cosas que consumimos. Que nos dejamos llevar por el precio que marcan en su etiqueta sin entrar a valorar su precio real. Una misma comida en un restaurante o un mismo vestido de la misma tienda no valen lo mismo para todas las personas. Para unas es mucho más cara que para otras.

El precio de los productos que consumimos hay que sacarlo no en euros sino en minutos o días de trabajo. 

Una comida en un restaurante nos puede costar 5 horas de trabajo o 10 minutos de trabajo. Un vestido nos puede costar siete días de trabajo o 20 minutos de trabajo. Depende de los factores externos al precio que marca la etiqueta.

Muchas veces deseamos poseer productos que nos van a traer más problemas que felicidades. Sobre todo si los analizamos en el medio o largo plazo. Endeudarse es muy malo, pero sufrir por que no podemos adquirir un producto, también. El desengaño, la falta de autoestima, se aumentará dañando nuestra felicidad. Hay que asumir e intentar cambiar lo que no nos gusta, pero no sirve de anda quejarnos y menos abatirnos por ello.

Recordar que todas la cosas negativas tienen algo de positivo dentro de ellas. Pero también: que todas las cosas positivas esconden algo de negativo que debemos resolver, obviar o intentar que no nos afecten.
Es muy posible que lo que usted pretende poseer no sea lo mejor para su vida actual, no sea lo que ahora necesita, lo que tal vez pueda pagar con tranquilidad. 

No se preocupe tanto en trabajar más, como en ganar más.

Y si le sobra energía y tiempo, dedíquelo a una ONG y gratis. Pero nunca acepte con agrado un sueldo esclavista que sirva para hacer más poderoso al que se lo paga.