4.5.15

Para ser el primero, siempre hay que ganar al segundo

Cuanto más serio, menos poder se tiene
Ustedes pueden pensar que quien manda en la política de España son Mariano y Sánchez, que se reparten el diálogo de sordos para ver quien aumenta o disminuye, pero es falso, los que en realidad mandan son los que desde los despachos escondidos mueven la fichas.

—Una palabra mía, bastará para salvarte— dicen que piensa Aznar en los corrillos amigables. Y le escuchan. Lo mismo anuncia sin decirlo Felipe, que sabe que una mirada, un apretón de manos, unas palabras suyas, mueven conciencias. Son los amos de la opinión pública y de la publicada. Y Mariano y Sánchez simplemente son los que dan la cara.

Jugar al ajedrez política es un ejercicio de encantamiento. Tanto que ahora están a punto de engañar a Podemos en Andalucía, sin dejarles que jueguen con sus peones bien posicionados hasta la fila ocho. Y el caso es que Podemos parece caer en la trampa. Te cambio un alfil por este peón.

Si se hunden o se transforman Podemos y Ciudadanos no será por la astucia del PP o del PSOE sino por la imbecilidad de los primeros. Para ser el mejor, para ser el primero, siempre, hay que derrotar al segundo. Todo lo demás son tonterías florales que no conducen más que al enterramiento, tarde o temprano.