26.11.17

El boulevard Ney en París, una zona común en Europa

Cuando viajas por Europa o por los países ricos, sigues viendo barrios de pobreza, chabolas, errores urbanos, indigenes tirados en las calles. Yo los he visto este año en Berlín, en Bruselas, en New York o en Milán, sin olvidarme de Madrid. Parece una constante que nos arropa como sociedad, incapaces de saber resolverlo.

Son submundos que a veces se ven y muchas veces no, pues ellos mismos procuran taparse, esconderse, para que les dejen en paz. Hoy veo en El País que en París sucede lo mismo, y es lo normal que así sea, forma parte desgraciadamente de nuestra forma de vida.

En el poblado de chabolas del boulevard Ney en París, una bidonville (literalmente ciudad de bidones) viven familias de rumanos, como sucede en Etiopía con las personas que viven dentro de contenedores de basura, metálicos, donde ni se mojan cuando llueve ni pasan tanto frío como durmiendo entre cartones. Nadie osa emplearlos para meter basura dentro de ellos. Son viviendas en la calzada de las calles.

Estos barrios escondidos de las grandes ciudades siempre tienen el mismo aspecto. Muy sucios, llenos de basuras amontonadas, escondidos y en formas de líneas donde a los dos lados se van amontonando plásticos y ladrillos, uralitas o maderas. El caos en las zonas comunes es atroz, pero no así en sus interiores donde cada persona o familia y según su propia personalidad, van conservando una limpieza mínima, dentro de sus posibilidades.

Son nómadas, les da igual si se les echa de la ciudad. Se van a otra. O a otro barrio. Pasan el problema a otra zona y tal vez sea peor, pues hay que volver a controlarlos, algo nada sencillo, pues entre los desposeídos de la tierra se meten delincuentes y asquerosos violentos.

Dice El País que en París hay ahora 571 barrios de estas características, y que en este viven en la actualidad una 300 personas. Los datos son brutales. Unas 16.000 personas viviendo en París en estas condiciones. ¿Y en Berlín, Madrid o Bruselas? De ellos más del 30% son menores sin escolarizar en casi todos los casos.

La solución no es sencilla, por mucho que algunas personas piensen que sí, y que ellos lo saben resolver en 24 horas. Eso demuestra que nunca se han acercado al problema. ¿Quieres que resuelvan el problema en Barcelona para que venga a Zaragoza? Por cierto, no suelen ser familias aisladas, sino grupos familiares los que habitan estas zonas, donde el efecto llamada es constante. Pero no efecto llamada por lo bien que se encuentran, como dicen algunos mal informados. Efecto llamada por la seguridad que les representa el que se conozcan y se controle el acceso a estas zonas. Entre ellos también saben defenderse de los indeseables.