2.7.18

Potreros para jóvenes. Imprescindible su propio espacio

Los usos de las zonas verdes urbanas son múltiples en todas las ciudades. Esta imagen es de una ciudad europea y podría ser también de un parque de los EEUU. Una clásica cancha de suelo algo blando, unas canastas de baloncesto, unas porterías de fútbol sala, unas mesas de tenis o ping pong. Materiales duraderos, útiles, fuertes para su uso, una limpieza como en el resto del parque, iluminación y seguridad. Zona donde no se mezclan ni los juegos infantiles ni las zonas preparadas para los mayores. Cada segmento de edad requiere zonas separadas.

Estos clásicos “potreros” deportivos que deberían estar en todos los parques de barrio, pues ayudan a que el deporte sea más simple y a la convivencia entre vecinos jóvenes. Hay que dar alternativas al ocio de los jóvenes, posibilidades cerca de sus casas, para que ellos elijan libremente qué desean hacer. Son espacios que se pueden convertir en zonas de reuniones, de convivencia, de intercambio. 

Zonas libres en muchos casos de un control excesivo, para que sean utilizados los espacios con un grado de libertad suficiente. Pero no construidas tampoco en lugares ajenos al control exterior pasivo, pues entonces podrían convertirse en zonas exclusivas para “los más fuertes”.