10.10.18

Andreas Schleicher OCDE nos habla de educación

El alemán Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE, estuvo en España para reunirse con la ministra de Educación y nos dejó una entrevista en El País de la que sacamos unos brochazos, aunque se puede leer íntegra aquí.
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¿Las pruebas PISA matan la creatividad en el aula?
Es curioso, porque PISA criticaría a España por centrarse en la reproducción del conocimiento. Los españoles son los mejores en recordar hechos, cifras… pero flojean en el pensamiento creativo, en resolver problemas o en aplicar conocimientos a situaciones nuevas. Cuantos menos políticos se impliquen en temas educativos, mayor la oportunidad de que participen alumnos, padres y profesores. Si se integra a la sociedad, la ley educativa durará más.

Usted no distingue entre la titularidad de los colegios.
Si analizo PISA y elimino el contexto social, en España no hay diferencia en la calidad entre pública, concertada y privada. No veo una ventaja específica. La privada en España se ha convertido en una forma de segregar a los alumnos por su contexto social, pero no parece muy efectiva a la hora de elevar la educación, al menos de acuerdo con los resultados de PISA.

Sorprende cuando afirma que la ratio de alumnos por clase no influye en el rendimiento.
Es un mito. Si uno no cambia las prácticas de docencia, da igual que tengas 20 estudiantes o 30. Obviamente las clases pequeñas son una ventaja, pero la cuestión es: si tenemos un euro de más de presupuesto, ¿lo gastamos en menor ratio, en un mejor salario para el profesor o en una carrera profesional? La solución es gastar dinero en que los profesores tengan tiempo de hablar con los padres o atender individualmente. En España pasan de una clase a otra. En Shanghái, por ejemplo, los docentes imparten de 11 a 16 horas a la semana, la mitad de horas que los españoles, pero pasan más tiempo en otras cosas… Se divierten. Aquí hay una estructura de trabajo muy industrial. Los profesores enseñan planes de estudios, pero no son dueños de su práctica, no tienen tiempo de estar con los compañeros, no pueden participar en las decisiones del centro… Es como si trabajasen en una fábrica, en una cadena de producción. Lo que tienen que ser es trabajadores que conozcan su trabajo, que sean dueños de su carrera. Hablamos mucho de la educación permanente, pero los alumnos no van a estar siempre formándose si ven que sus profesores no lo hacen.

¿Deberes sí o no? En España hay un gran debate.
Son una gran oportunidad de que los alumnos se hagan responsables de su propio aprendizaje, pero nunca deberían ser un sustituto del colegio. No habría que pedir que hagan lo que no ha dado tiempo en el colegio y además que colaboren los padres. Subestimamos el papel tan importante que juegan las familias. En los sistemas que tienen éxito están muy implicados. Hace dos años estuve en una de las zonas más pobres de China y pregunté a una profesora cómo hacía para que participasen en la escuela unos padres sin formación. Ella me dijo que les llamaba dos veces a la semana. “¿Y no es una gran carga para ti?”, le pregunté. La profesora se sorprendió y contestó: “Nunca lo había pensado. Si no tuviese su ayuda sería imposible que hiciese mi trabajo”. Ella los veía como un enorme recurso.