1.10.18

La izquierda debería volverse conservadora

Vuelvo de Girona más convencido todavía de que tenemos un gran problema en España y no lo estamos entendiendo. Pero no hay manera de ponernos a pensar, a reflexionar. La fuerza de las fuerzas sin razones nos llevan a todas las partes a la pelea. Pues tendremos pelea, parece inevitable. La nueva generación catalana crecida ya con el odio a esa España que les pega y castiga no será la de Tarragona sino la de Lérida y Girona, y perderlas no es en nada positivo. Y todo por no saber gestionar la crisis.

La izquierda se ha creído que ya no va a volver a existir la izquierda. Y lo curioso es que la derecha dice que tampoco va a volver a seguir existiendo la derecha, pero ellos no se lo creen aunque lo repitan en voz alta para engañar. Podemos cambiar el nombre de las dicotomías entre pobres y ricos, entre trabajadores y patronos del trabajo. Pero al final las diferencias de posición serán las mismas. Unos trabajaremos para los otros. Unos dominarán y los otros tendrán que obedecer por esa manía absurda de tener que comer todos los días.

Pero la izquierda ya convencida de que se ha acabado el camino, tras la caída del Muro, de Rusia y China, o de Venezuela y Obama, cree que no hay alternativas y que está todo perdido. Y no es cierto. Pero mientras no sabemos encontrar nuevas ideas, los que sí las tiene, los de derechas, se están aprovechando bien.

En realidad la izquierda se tendría que volver MUY conservadora. Debería luchar por conservar lo que teníamos hace dos o tres décadas. Conservar el derecho laboral, los convenios colectivos, los sueldos básicos suficientes, la juventud que creía en sus posibilidades, los sueños en un mundo mejor que el de nuestro padres. La izquierda deberíamos ser conservadores de lo que ya teníamos. Pero ni por esas.