10.3.10

La importancia de la amistad. Hay que diferenciar a los amigos buenos de los malos.

La amistad buena se diferencia de la mala en que la primera también está en los momentos malos. Cuando nos vienen malas, hay que esperar unas semanas tras pasar la información a todas las amistades. Los buenos te llaman con delicadeza y calma, se ofrecen a ayudarte de corazón, se preocupan de tus problemas y tus dudas, se ofrecen a escucharte, que a veces es lo que más necesitamos.
Los malos se hacen los sordos, llaman menos, quedan poco, se ausentan, surgen las disculpas de mal pagador, no la ayuda. Esos son mejor borrarlos.
Es mejor tener pocos y fieles, de verdad amigos; que tener muchos y ser falsos, ser simplemente conocidos.

A favor del actor Willy Toledo

Ya está bien de meterse todo el mundo carca (y parte del otro) con la persona y además actor Willy Toledo. Ya está bien. Da igual si se está o no de acuerdo con sus palabras sobre Cuba y los presos políticos, faltaría más, lo de menos es eso, ya vale de meterse con la única persona de la cultura que ha opinado distinto a los demás. ¿Donde queda la democracia si todos intentamos linchar a los discrepantes, por ser minoría, por opinar distinto a la mayoría, por incluso, estar o no equivocados?
Willy Toledo es una persona muy sensible a la hora de trabajar o de pensar, es libre, sobre todo es libre, creo, para opinar. Desde su puesto de hombre de la culura pero sobre todo desde el ser humano que está dentro.
Ya vale de hacer leña con unas opiniones que no son más graves o importantes que las de miles de personajes famosos por diversos motivos y que día a día discrepan, se equivocan, hablan a destiempo, tienen razón desde la minoría o piensan diferente al resto.
Ante todo respeto. Réplica si, pero desde el mismo nivel de respeto o de discrepancia. Y sobre todo educación con las personas. Estamos en España y aquí SI hay democracia. Luego hay que respetar al discrepante. Actuar como lo estamos haciendo contra Willy Toledo es ponernos en la altura de algunos países dictatoriales. Es darle la razón, incluso desde la discrepancia.