23.11.18

Reflexionar ya no está de moda

Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido tanta información como en estos momentos. Nunca tampoco hemos podido dedicar tan poca reflexión como ahora a digerir esa información ingente.

Nunca la información ha durado tan poco tiempo como ahora, al ser reemplazada enseguida por otra distinta que se solapa, lo que impide la reflexión. ¿Quién y para qué va a reflexionar sobre algo que ya ha dejado de estar visible entre nosotros al quedar hundido por otros asuntos, sin que se hayan resuelto los primeros?

Para reflexionar tendemos a sujetar a veces artificialmente los asuntos sobre los que queremos mantener en el tiempo. Puede que no sean los más importantes, pero sí son los que tienen “padrinos” que los sujetan. Hemos convertido la reflexión, en un ejercicio sobre el que antes de nada necesitamos a personas que quieran sacarlos constantemente, para que no queden enterrados por otros asuntos.

No se reflexiona sobre lo importante, sino sobre aquello que somos capaces de levantar constantemente para que no queden tapado. Una discriminación donde la manipulación es muy fácil de que se infiltre.

22.11.18

Cada vez más diarios, más información

La pluralidad informativa de estos tiempos es inmensa, aunque no siempre nos lo parezca o aunque esa pluralidad nos lleve a un cierto encasillamiento ideológico. Nunca hemos tenido tantos periódicos de calidad en papel o/y digitales. Desde innumerables digitales que muchos de ellos nacieron claramente posicionados a favor o en contra de ciertos partidos, hasta estos momentos en los que han ido creciendo en número hacia diversos diarios digitales o blog con espíritu de “ser”, y aunque algunos sí están claramente posicionados, otros parecen gozar al menos de una pluralidad en sus firmas, que resulta muy interesante.

Esto supone un gran reto para el periodismo, pues ya no todas las personas que escriben son periodistas sino también intelectuales, políticos o líderes vecinales o culturales, sino además, las posibilidades que tiene la sociedad de informarnos desde muy diversos colores e incluso sufrir las malas informaciones, con manipulaciones falsas incluidas.

Hay quienes como lectores optan por ser fieles a un tipo de diarios, posicionados según su propia idea, y los hay que preferimos ir picando y contrastar. Somos los peligrosos ambiguos, que estando claramente posicionados, además leemos diarios siempre que podemos, lo más plurales posibles, sin pasarnos.

¿Hasta dónde? Pues no lo sabemos, son tiempos como muchas veces repito, muy líquidos, y lo que parece fijo hoy puede desaparecer mañana. Depende de todos nosotros que aunque no nos lo creamos, tenemos mucho poder leyendo unos o escribiendo en otros casos. Pero siempre dependiendo de la verdad, como en cualquier empresa que se desea montar para que funcione bien. Las leyes de los mercados las mueven las personas, como todas las empresas del mundo. Sean empresas de derechas o de izquierdas, aunque en este último caso no lo tengan tan claro.