13.10.25
Hoy en Sharm el Sheik, función de Teatro de las importantes
Hoy en el lugar paradisiaco de Sharm el Sheik (Egipto) asistiremos a la función de teatro más importante del mundo en lo que va de siglo XXI, y eso que ya llevamos unas cuantas funciones de las curiosas.
Y lo haremos sabiendo que tendremos en el futuro otras representaciones teatrales que lo superarán en número de asistentes para lo que resta de siglo.
El Teatro lo inventaron los habitantes prehistóricos y le dieron importancia los griegos. Ahora Donald Trump va a continuar esa estela brillante, asegurando que él es el artífice de esta función teatral.
Yo me fijaría más en los que no van a estar en la función teatral que en los que van a sacar pecho para saludar al final de la obra y recibir los aplausos. A veces los que no están, sí están y son importantes.
No se recuperarán los 70.000 muertos, ni la paz verdadera en Gaza ni con los palestinos de Cisjordania. Nadie sabe cuánto tiempo durará esta obra de teatro, pero todos aplaudirán al final de la sesión, para animar a los que sufren.
Sabemos los nombres de los actores principales, conocemos bien el escenario y su decoración llena de escombros y sangre seca. Tenemos el libreto metido en la memoria, y lo guardaremos de recuerdo, pues sabemos que lo vamos a volver a utilizar en poco tiempo.
Desde 1948 se está representando la misma obra de teatro en el mismo escenario. Y siempre termina la función con una PAZ que dura hasta la siguiente guerra. Y todos aplauden al final, y se dan la mano, y sonríen.
Bueno, no, los que han muerto no pueden ni asistir a estas funciones carísimas de teatro de la vida. Ni desde los cielos les dejan mirar para no amargarles sus tiempos de muerte. ¿Hay un cielo para cada religión o son todos los cielos comunes a los muertos?
12.10.25
En Gaza e Israel se necesita mucha ayuda psicológica
Hoy el diario español El País nos ofrecía esta imagen que vemos arriba para informar de un reportaje sobre Gaza, sobre el drama que van encontrando en este octubre de 2025 los gazatí o palestinos que vuelven a sus ciudades. Lo acompañaba de este pie: Midhat Wafi, de 38 años, se encuentra con sus hermanos bajo los restos del edificio de cuatro pisos de su familia, cerca de la zona de Katiba, en el centro de Jan Yunis, el 10 de octubre de 2025. MOHAMED SOLAIMANE.
Tenemos que intentar entender este momento social y personal de todos los implicados. También de los ciudadanos libres y con sentido común de Israel. Así no es posible vivir, ni edificar un futuro para nadie. Y lo saben todas las partes.
Se reúnen las familias alrededor de los escombros para reflexionar, para limpiar como primera actividad, para sobrevivir y rezar por la duración de la paz, y para contar muertos y heridos de sus familiares y amigos.
Algunos de ellos han visto arrasadas sus pertenencias dos veces en dos años. Habían vuelto a sus pueblos hace un año, habían intentado limpiar y arreglar algo sus casas destruidas y sus pequeños huertos para alimentarse, y otra vez tras ser expulsados, han vuelto para verlo todo de nuevo destruido.
Cada familia tiene que volver a su propia vida anterior con lo que les queda, incluso con los familiares que siguen vivos que no siempre son muchos. Volverán a crear sus talleres, sus negocios o comercios, para intentar vivir construyendo de nuevo con ayuda de todos ellos, lo imprescindible.
Pero hay algo imposible de revertir. La sensación social de que todo esto es insufrible. Incluso para los israelitas más fanáticos, que creen haber ganado esta puta mierda de guerra. Las ayudas psicológicas tienen que ser inmensas, tremendas, brutalmente necesarias si de verdad queremos construir una paz que dure. Y lo digo en todos los bandos en conflicto.
Las guerras no las gana nadie, solo los vendedores de Paz, de reconstrucción que algunos pueden pagar y otro no. Todas las guerras dejan más pobres durante años, y muchas de ellas dejan odios que duran generaciones.
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