Si has llegado hasta aquí a través de Google, es muy posible que ya hayas leído cien consejos para evitar el estrés en el trabajo, de los cuales 99 te habrán parecido bobadas.
Vamos a ser sinceros, algunos eran buenos pero no fáciles, buenos pero no apetecibles.
Si quieres evitar el estrés en el trabajo, lo básico, lo primero que tienes que asumir, es que hay que tranquilizarse, hay que parar la pelota y respirar.
Es mucho más sencillo de lo que parece, simplemente necesita de tu propia decisión. Si no paras y recapacitas, es muy posible que termines enfermo con depresiones, ansiedades o problemas físicos de complejo diagnóstico.
Creo que estamos de acuerdo ambos, en que lo primordial eres tú, es tu vida, pero sobre todo tu calidad de vida.
Vivir lo hacen incluso las malas hierbas, pero nosotros debemos exigir una calidad de vida común a la que hay en nuestro entorno.
Toma pues la decisión de tranquilizarte, es fundamental.
La diferencia entre sufrir o disfrutar del trabajo depende en casi todos los casos de ti. No es sencillo asumir esto, pero todos los trabajos dependen de tus decisiones, eres el responsable de que entiendas el trabajo como algo positivo o como algo negativo, como una actividad que te hace disfrutar o en cambio de un esfuerzo que sólo te lleva al fondo.
Ya se que hay centenares de trabajos absurdos que te hacen pensar que no merecen la pena, pero eso es falso, tu trabajas para ti, no para tu jefe, trabajas porque necesitas trabajar y conseguir un sueldo para tu vida, todavía no tienes la suerte de trabajar para el bien de la comunidad, trabajas para una empresa que efectivamente, gana más dinero que tú a costa de tu trabajo, pero como eso es inevitable, debes obviarlo, revisa tu forma de ver el trabajo, es una actividad que te debe ayudar a crecer, olvídate de para qué sirve lo que haces, si alguien te paga por ello es porque es muy importante, haz que tu labor sea perfecta, disfruta haciendo muy bien tu trabajo, con tranquilidad, decidiendo que la calidad es más importante que la rapidez, entregando lo mejor de ti y disfrutando con el trabajo terminado.
Me da igual qué tipo de trabajo haces, todos ellos permiten ser enfocados desde la óptica del trabajo muy bien hecho. Si tienes que trabajar en una cadena, revisa tus puntos de control de calidad, sigue totalmente los procedimientos para que lo que entregas salga perfecto, para que sepas que aquello que alguien va a emplear en otro lugar, está hecho con todo el carino y profesionalidad posible. Disfruta de esa sensación.
Recuerda que en el trabajo tienes unos derechos que nadie puede pisar.
Derecho a pedir lo que estimes correcto.
Derecho a decidir según tus competencias
Derecho a que te paguen un sueldo con arreglo a tu trabajo
Derecho a tu intimidad
Derecho a decir que NO o a despedirte de esa empresa
Las empresas también tienes derechos, y no te quepa duda de que ya los ejercen, todos, luego simplemente asume que la parte de tu vida que vendes por un sueldo, debe ser un tiempo lo menos estresante posible, lo más feliz posible, lo má agradable, lo menos enfermo.
Si mañana enfermas de verdad, nadie de la organización se acordará de ti, serás incluso un estorbo, nadie deseará saber si has enfermado por el trabajo que hacías, por la propia labor y responsabilidad, simplemente serás un elemento que sobras y te olvidarán. Por ello y al igual que la propia empresa te exige que engrases la máquina cada semana, tu debes engrasarte a ti mismo y cuidar tus engranajes mentales.
El estrés mata, o lo que es peor, el estrés te mata siguiendo vivo, el estrés te puede convertir en una persona sin libertad, apática, con deseos suicidas, con una visión negra de todo lo que te rodea, lleno de pastillas diarias que te invalidan, con debilidades coronarias graves, con una acritud hacia tu familia que te pueden llevar a la destrucción de la relación.
¿No crees que es un buen momento para tranquilizarte y tomar la decisión de para la pelota?
Si te mueres (aunque sigas vivo) tampoco podrás seguir manteniendo el nivel de vida actual.
Vamos a ser sinceros, algunos eran buenos pero no fáciles, buenos pero no apetecibles.
Si quieres evitar el estrés en el trabajo, lo básico, lo primero que tienes que asumir, es que hay que tranquilizarse, hay que parar la pelota y respirar.
Es mucho más sencillo de lo que parece, simplemente necesita de tu propia decisión. Si no paras y recapacitas, es muy posible que termines enfermo con depresiones, ansiedades o problemas físicos de complejo diagnóstico.
Creo que estamos de acuerdo ambos, en que lo primordial eres tú, es tu vida, pero sobre todo tu calidad de vida.
Vivir lo hacen incluso las malas hierbas, pero nosotros debemos exigir una calidad de vida común a la que hay en nuestro entorno.
Toma pues la decisión de tranquilizarte, es fundamental.
La diferencia entre sufrir o disfrutar del trabajo depende en casi todos los casos de ti. No es sencillo asumir esto, pero todos los trabajos dependen de tus decisiones, eres el responsable de que entiendas el trabajo como algo positivo o como algo negativo, como una actividad que te hace disfrutar o en cambio de un esfuerzo que sólo te lleva al fondo.
Ya se que hay centenares de trabajos absurdos que te hacen pensar que no merecen la pena, pero eso es falso, tu trabajas para ti, no para tu jefe, trabajas porque necesitas trabajar y conseguir un sueldo para tu vida, todavía no tienes la suerte de trabajar para el bien de la comunidad, trabajas para una empresa que efectivamente, gana más dinero que tú a costa de tu trabajo, pero como eso es inevitable, debes obviarlo, revisa tu forma de ver el trabajo, es una actividad que te debe ayudar a crecer, olvídate de para qué sirve lo que haces, si alguien te paga por ello es porque es muy importante, haz que tu labor sea perfecta, disfruta haciendo muy bien tu trabajo, con tranquilidad, decidiendo que la calidad es más importante que la rapidez, entregando lo mejor de ti y disfrutando con el trabajo terminado.
Me da igual qué tipo de trabajo haces, todos ellos permiten ser enfocados desde la óptica del trabajo muy bien hecho. Si tienes que trabajar en una cadena, revisa tus puntos de control de calidad, sigue totalmente los procedimientos para que lo que entregas salga perfecto, para que sepas que aquello que alguien va a emplear en otro lugar, está hecho con todo el carino y profesionalidad posible. Disfruta de esa sensación.
Recuerda que en el trabajo tienes unos derechos que nadie puede pisar.
Derecho a pedir lo que estimes correcto.
Derecho a decidir según tus competencias
Derecho a que te paguen un sueldo con arreglo a tu trabajo
Derecho a tu intimidad
Derecho a decir que NO o a despedirte de esa empresa
Las empresas también tienes derechos, y no te quepa duda de que ya los ejercen, todos, luego simplemente asume que la parte de tu vida que vendes por un sueldo, debe ser un tiempo lo menos estresante posible, lo más feliz posible, lo má agradable, lo menos enfermo.
Si mañana enfermas de verdad, nadie de la organización se acordará de ti, serás incluso un estorbo, nadie deseará saber si has enfermado por el trabajo que hacías, por la propia labor y responsabilidad, simplemente serás un elemento que sobras y te olvidarán. Por ello y al igual que la propia empresa te exige que engrases la máquina cada semana, tu debes engrasarte a ti mismo y cuidar tus engranajes mentales.
El estrés mata, o lo que es peor, el estrés te mata siguiendo vivo, el estrés te puede convertir en una persona sin libertad, apática, con deseos suicidas, con una visión negra de todo lo que te rodea, lleno de pastillas diarias que te invalidan, con debilidades coronarias graves, con una acritud hacia tu familia que te pueden llevar a la destrucción de la relación.
¿No crees que es un buen momento para tranquilizarte y tomar la decisión de para la pelota?
Si te mueres (aunque sigas vivo) tampoco podrás seguir manteniendo el nivel de vida actual.