21.9.11

Ahora parecemos descubrir que la escuela pública estorba al poder

La actual situación reflejada en los medios y en las calles, en donde se está poniendo en claro las debilidades de la escuela pública, no son nuevas. Pero es verdad que ahora les estamos dando forma y preocupación.
La escuela pública lleva años asumiendo errores públicos, malas políticas educativas por parte de sus muchos gobiernos de todo tipo, más deseosos de no resolver lo que para ellos parece una patata caliente en manos de profesores que ascienden a políticos.

Pero en realidad y seamos sinceros, gran parte de los actuales errores son responsabilidad de gobiernos socialistas en Madrid o en Aragón. En menos ocasiones han disfrutado del poder educativo los populares en estos 35 últimos años, de los que han tenido como responsabilidad los socialistas. Luego el resultado de lo que tenemos es en gran medida responsabilidad de un PSOE ambiguo y débil con la iglesia, con la educación concertada, con los profesores y sus sistemas de evitar controles y con los padres que en la mayoría de los casos siempre han creído que la educación es un asunto de garaje para niños y poco más.

En los años 80 no supimos crear las bases de una escuela pública de calidad, y eso que en aquellos años la tenía hasta que la hemos ido dilapidando poco a poco en vez de ir avanzando según íbamos teniendo más posibilidades económicas. Se cambiaron leyes para nada, se resto valor a la educación, se les resto presupuesto o no se les aumentó lo necesario, se convirtió la educación e un gasto más, como muy bien se recuerda ahora, pero sin pensar en invertir para el futuro, con una meta clara de crear una sociedad mejor y más preparada.
Ahora vienen tiempos crudos, los palos en las ruedas de la escuela pública van a ir en aumento y los responsables claros son los que teniendo las posibilidades de construir una escuela pública asentada y reconocida, se dedicaron a otros menesteres más simples, más sencillos, obviando problemas que sin duda iban a ser complicados de llevar a término. Ahora el PP simplemente recoge los frutos de un erial solo sembrado de malas hierbas.