23.3.12

El NO dinero se está apoderando de la democracia. Mucho cuidado

Podríamos imaginarnos que tras la crisis todo fuera simplemente dinero; que hubiéramos convertido la rentabilidad y los mercados en los únicos dioses posibles. Sí, todavía más. Que el dinero o el NO dinero fuera "la verdad" y el sentido de todo. ¿Es complicado imaginárselo?

Podrían dejar de funcionar por falta de rentabilidad y de dinero las AMPAS, Asociaciones de Vecinos, agrupaciones sociales, sindicatos, algunos partidos políticos, determinados medios de comunicación.

¿Todos?, no, claro. Solo los de izquierdas que son los que no tienen posibilidad de obtener financiación ni apoyo de las personas, una vez que se ha logrado desafectar a los trabajadores, tras haber admitido que la política es una inutilidad más. ¿Os suena a complicado?

Los problemas económicos son muy graves para estos grupos que más arriba enumero y que sustentan el sistema democrático. Pero no para todos por igual. Los grupos religiosos de presión, algunos partidos que cuentan con el apoyo de empresas, las asociaciones de derechas que obtienen una financiación extra suficiente y que los mantienen vivos para seguir trabajando por sus ideas. 

¿Estamos así todos más contentos? No se trataría de acabar con todo, sino de seleccionar con arreglo a lo que el mercado decida, con arreglo a lo que todos nosotros deseamos que suceda.

No molestan por igual todos los políticos, algunos nos parecen encantadores aunque sean unos tramposos con trajes, es lo que tiene parecerlo más que ser. Y sí, me refiero a encantadores de serpientes.

La crisis se puede cargar el sistema, pero no el capitalista precisamente, sino el sistema social. En estos momentos hay asociaciones con gravísimos problemas económicos que están a punto de hacerlas desaparecer por el NO dinero. Y todo sin tener que dar golpes de estado, sin sacar tanques, sin que les parezca mal a la sociedad avestruz que ya es mayoría por culpa de todos, hay que decirlo pues es verdad. También de los que desde el poder, deberían haber sembrado en vez de jugar a ser terratenientes de las ideas.

Hay que reconocerlo, aquellos grupos fácticos de poder conservador han aprendido un huevo a joder con elegancia y legalidad. Somos unos benditos imbéciles.